La curadora, María del Carmen Carrión, quería mostrar la situación del dibujo dentro del arte contemporáneo. En ello, encontró que este se presenta pero en diálogo con otras prácticas, como la cartografía, el grafiti, la publicidad, el video.
Así llegó a reunir la obra de 13 artistas en ‘Signo y síntoma’, una muestra de la galería Cero Inspiración.
Si bien la exposición no gira en torno a un solo tema, se descubren tres momentos en el recorrido: la ciudad, lo sexual y la crítica a la institucionalidad del arte.En el primer momento está el dibujo del ecuatoriano Daniel Ludeña, que cuestiona el cosmopolitismo de Quito, entre metrópoli y pueblo. También aparece la obra comisionada por Cero Inspiración a la cuencana Virginia Cordero: un recorrido vivencial por la capital, que la artista plasmó en una cartografía lúdica, ubicada a los lados de una puerta de la galería.
En cuanto a las referencias a lo sexual, el mexicano Enrique Minjares trabaja sobre la publicidad. Su trazo recuerda al dibujo obsceno en las puertas de los baños, con él reinterpreta el mensaje publicitario y sus pulsiones eróticas. Una tensión entre la degradación y lo sexual está en los dibujos de Wilson Paccha, cuya técnica abundante en color es la que más se acerca al dibujo tradicional.
Y lo tercero, la crítica a la institucionalidad del arte, está en los Artoons del mexicano Pablo Helguera: con el cómic discute al museo, al coleccionista, al crítico. También los afiches del danés Mads Lynnerup, en los cuales se lee: “You are the artist, You figure it out” (“Tú eres el artista, tú resuélvelo”), promueven un debate.
La idea fundamental al hablar de dibujo es el trazo. En ‘Signo y síntoma’ este renueva su uso, crea nuevas relaciones con el soporte que lo recibe, el espacio que lo exhibe y el tiempo que perdura. “El sentarse a dibujar, el proceso, ha pasado a conceptualizar la obra”, dice Carrión. El trazo ya no se comprende como el gesto gráfico controlado por la mano.
Así lo demuestra el video de la brasileña Laura Belem. Sobre una mesa de billar, bolas cubiertas con arena dibujan líneas en el paño mientras chocan en carambola. O el trabajo del cuencano Juan Pablo Ordóñez, que con espejos creó reflejos sobre el muro del Museo de las Conceptas. La variación de la iluminación durante el día cambia las formas sobre la pared; es decir, dibuja con luz. Esta obra está captada en video y así se exhibe en la galería.
El video como soporte además presenta las animaciones de Andrés Pérez, Juan Caguano e Ilich Castillo (Ecuador), Rubén Gutiérrez (México) y RSA Animation (Inglaterra). La de Pérez, Agdón Calderón, deconstruye el discurso oficial creado alrededor del Bicentenario y la patria. La de Caguano y Castillo, en cambio, juega con la inmediatez y el humor: sobre ventanas sucias dibujan genitales, que luego se caricaturizan y adquieren nuevas formas.
Gutiérrez, por su parte, cuestiona los mecanismos de distribución del arte, entre ellos, la figura del crítico que cree entender mejor que nadie. RSA Animation va más allá, su reflexión apunta a las ideologías que se mueven en el mundo; ese fluir de ideas filosóficas es simultáneamente ilustrado por una mano y un marcador.
‘Signo y síntoma’ dialoga con el espectador de maneras antes no vistas en Quito, le participa de lecturas y reflexiones, le provoca risa y le perturba; a la vez que le demuestra cómo el dibujo se abre nuevos caminos entre la inmediatez de los tiempos, los cuestionamientos sociales y la exploración con nuevos soportes y materiales. Es una muestra irreverente.