Cualquier conversación con Sergio Dahbar es, además de agradable, interesante. Lo es más cuando habla de algo que le apasiona, como los libros y todo lo que se les relacione. Y mucho más cuando cuenta lo que le llevó a emprender en una empresa, a ojos del mundo, quijotesca: la revista El Librero, que hace cuatro años se publica en Venezuela y hace dos meses en Colombia.Sergio es un argentino ducho en las lides del periodismo (fue editor general y director adjunto del diario El Nacional, de Venezuela) que se pasó al bando de la literatura. Actualmente, entre otras actividades relacionadas, asesora a la casa editorial Random House Mondadori, en Venezuela, y edita mensualmente la revista especializada en libros El Librero, de la cual habla con un entusiasmo contagioso…
¿Quién crea una revista así en los tiempos que corren?
Yo no sé quién sea capaz de hacer una cosa así (risas). En mi caso específico, después de 20 años de trabajar en medios de comunicación grandes y un poco agotado por lo que se proponen hacer los medios grandes y muchas veces no logran, decidí dedicarme a un proyecto que fuera mío, que fuera pequeño y que fuera placentero.
¿Es la venezolana una sociedad lectora? Porque en Ecuador se lee medio libro por persona al año, según datos de la Cámara del Libro.
Es una sociedad que compra mucho libro, pero no sé si los lee porque es muy complicado en América Latina, por las estadísticas, saber si la gente lee o no lee.
Suena quijotesco publicar una revista sobre libros en sociedades donde al parecer cada vez son menos los que se interesan por los libros.
Es que es un proyecto quijotesco, pero también es un proyecto en donde yo puse en juego lo que vi y aprendí en los medios, donde también tuve cargos gerenciales, que me enfrentaban a diario con los números. Entonces estaba claro para mí que el mejor contenido del mundo no funciona sin inteligencia comercial.
¿Con qué concepto nace El Librero como negocio?
Es una revista gratuita, de nicho’ y cuando yo digo esto en la cabeza de la gente se dispara la idea de la revista masiva, para regalar en la calle. Pero no es eso, porque El Librero apunta a un público de alto poder adquisitivo, para lo cual la revista debía tener una imagen muy fuerte. Todo esto para decirle a la gente: mira, estos son los libros que te interesan.
¿Cómo se financia?
Con publicidad.
¿De casas editoriales?
No. También de bancos o del negocio de las comunicaciones. Pero además nos valemos del patrocinio, y la revista es un laboratorio de producción editorial; hacemos revistas y libros corporativos, que son muy rentables.
Tras estos cuatro años ¿diría que la Cultura sí vende, sí atrae pauta publicitaria?
A mí me ha permitido vivir.
Sin embargo, son pocos los que apuestan a la cultura porque hay la creencia generalizada de que a la gente solo le interesa el espectáculo y el entretenimiento ‘light’.
Mucha gente cree que solo vale emprender en lo relacionado con lo masivo. Yo no creo en eso, yo creo que hay público para todo el mundo. El punto es que tú logres atrapar a tu audiencia.
Tener el nicho bien definido e identificado’
Sí, es que hay que servirlo bien y no estarte moviendo de un lado para otro, que es lo que suele pasar con los grandes medios. Un día alguien se levanta y dice: ¡ah no, ahora lo que vende es el entretenimiento!, y otro día se le mete en la cabeza que son los deportes’ Pero yo llevo cuatro años haciendo esto y sigo aquí.
Y llegó a Colombia.
Sí, desde agosto El Librero ya está en las librerías colombianas.
¿Por qué en El Librero solo hay reseñas y no crítica?
Porque al plantearme la revista no quise repetir lo que ya había en el mercado. Ya en los periódicos y revistas hay crítica cultural, muy seria; productos que le hablan al mismo público siempre, que además es pequeño y al que se le dice siempre lo mismo. Y yo decidí ampliar el registro de público y así descubrí que había un lector que no estaba interesado en que le digan que Paulo Coelho es un imbécil, sino que le dijeran: esto es lo que hay en el mercado, mira lo que te estás perdiendo.
Pero la revista tampoco es un simple catálogo…
No. También hay entrevistas a escritores, a gente relacionada con los libros. Y al inicio tenemos artículos de opinión, donde cada uno dice lo que quiera.
¿Eso no está relacionado con el contenido de los libros?
No. Las primeras cuatro páginas son de opinión, de cualquier tema, con buenas plumas. Después viene la información sobre las novedades y luego las entrevistas y notas relacionadas con todo lo que está en el canal del libro. También tenemos una separata con una selección de artículos de The New York Times y de The New York Review of Books.
¿Cuál es la filosofía que está detrás de todo esto?
Yo creo que si nos pasamos hablando de que las sociedades en que vivimos tienen que cambiar para mejor, la lectura es una de las claves para lograrlo. Porque la lectura salva, la lectura cura y es capaz de hacer muchas cosas.