Una mirada lejana. Una perspectiva desde fuera. Las obras de este año del Salón de Julio presentan en su mayoría una forma de relacionarse entre los artistas y la ciudad desde la distancia. Excepciones hay, como el ganador del certamen, José Hidalgo, con su obra ‘Non signal’.
En esta, planteada como una contradicción entre lo tecnológico y lo artesanal, se ve una serie de ondas, líneas deformadas, que a primera vista parece una impresión, pero que en realidad está hecha en plumilla. El salón este año tiene 25 obras y se presentaron 139; más que el año pasado.
“Veo poca mirada crítica, una forma de mirar desde fuera. Hay gente, paisajes y cosas cotidianas reflejadas en las obras”, explicó Sara Bermeo, Directora del Salón de Julio de Guayaquil.
El segundo lugar del certamen lo obtuvo Marcos Restrepo, con su trabajo ‘El efecto de algunos deseos’. El tercer puesto fue para el trabajo ‘Proyecciones en el espacio’, del artista Fabián Bajaña.
La obra a la que se adjudicó el tercer premio es una suerte de crítica a la institucionalidad. Hecha a base de hojas de la guía telefónica, esta instalación emplea luz y sombras para generar la imagen del Palacio de Justicia de Guayaquil. Como una crítica a la debilidad de los estamentos judiciales.
“Mi punto de vista es que es un salón rico, variado, uno de los mejores de los últimos años. A pesar de que nuestra decisión de realizar una pre selección de las obras fue duramente criticada”, señaló Melvin Hoyos, Director de Cultura del Municipio.
Esta no fue la única polémica del concurso. La decisión de poner una cláusula de no permitir obras que contengan sexo explícito en el certamen, también ocasionó polémica e incluso llegó a los tribunales.
Lo cotidiano, como la gente que se ve en las calles de la ciudad, conforma la obra ‘Imágenes del Ecuador del siglo XXI’, del artista Juan Caguana. En 27 acuarelas independientes, muestra al vendedor ambulante, al policía municipal, a los payasos, los motociclistas, los ebrios que pululan como seres cotidianos de la urbe.
El jurado de premiación estuvo formado por Larissa Marangoni (Ecuador), Francisco Bugnoli (Chile) y Carlos Gómez-Centurión (Argentina). Marangoni consideró que en los trabajos presentados en este año hay un mayor trabajo técnico, meticuloso. “Pero así mismo una mirada más lejana, como si el artista fuera él mismo observador de la obra”, concluyó.
Se repartieron cuatro menciones de honor: Javier Gavilánez, con el óleo paisajista ‘Contraposición’; Anthony Arrobo, con la obra ‘Tired paintings’, que a modo de crítica está conformada por dos lienzos en blanco colgados sobre la pared de la exhibición; Migual Ángel Muñoz, con ‘Sin título’ y Lenin Mera, con ‘Salpicadas’.
Este año fue la primera ocasión en que la organización del museo planteó un jurado de pre selección. Este estuvo integrado por Cristian Parreño, Hugo Lara y Jorge Velarde, quienes fueron los encargados de seleccionar entre los 139 trabajos presentados.
Otra obra llamativa es ‘Suerte por nacimiento’, de Alexandra Cedeño. Hecha a partir de placenta humana, formando un lienzo, muestra un paisaje de la Plaza San Francisco, donde se ubican los vendedores de lotería.