El compositor alemán Richard Wagner sigue abriendo heridas en Israel siete décadas después del Holocausto. Las protestas de supervivientes del genocidio perpetrado por los nazis han llevado a cancelar el primer concierto wagneriano organizado en el Estado judío.
La universidad de Tel Aviv confirmó que no pondrá su auditorio a disposición del recital programado para el 18 de junio, y acusó de ocultar intencionadamente que en el concierto se interpretaría la música de Wagner. El compositor es recordado en la memoria de Israel como un ídolo de los nazis cuyas obras acompañaban la marcha de las víctimas judías a las cámaras de gas.
Los intentos de introducir la música de Wagner en Israel han fracasado una y otra vez. Desde la fundación del Estado judío en 1948 no se ha interpretado ninguna ópera.
El director y pianista argentino-israelí Daniel Barenboim desató protestas en el 2001 cuando quiso interpretar la apertura de ‘Tristán e Isolda’.
También desató una polémica la actuación de la Orquesta de Cámara de Israel en el 2011 en Bayreuth, sede de los Festivales Wagnerianos. “No creo que se pueda vincular a Wagner con la ‘solución final’”, dijo Barenboim. El director general de la Ópera Estatal de Berlín reconoció que Wagner fue un ejemplo ideológico para Adolf Hitler. Sin embargo, Barenboim se negó a aceptar que el compositor alemán fuera por ello ‘el profeta de Hitler’ e instó a separar su música de sus posturas ideológicas.
Jonathan Livny, presidente de la Asociación Wagneriana de Israel, quien desde hace años lucha para que se pueda interpretar la música del compositor en ese país, es hijo de un superviviente del Holocausto llegado desde Alemania. “Mi padre decía siempre que Wagner era un hombre horrible, pero que escribió la mejor música”, dijo.