Esas aspiraciones que se frustraron ante la realización del Festival Internacional Mujeres en la Danza 2012 -que no pudo hacerse por falta de apoyos- renacen en el I Encuentro latinoamericano de Danza Butoh.
Así, la propuesta de la Casa de la Danza se construye en un nuevo cuerpo, en uno que renace tras la pérdida; tal cual guían las búsquedas de esta danza originada en Japón (tras los horrores de Hiroshima y Nagasaki) y que caló profundamente en Latinoamérica.
Este encuentro se realizará en Quito, en la Carpa de la Paz (San Marcos) y en espacios abiertos como la Plaza de la Independencia, desde el lunes 23, hasta el domingo 29 de abril. La programación incluye talleres, conversatorios y dos espectáculos diarios; además de una exposición fotográfica y la proyección de un video documental.
Según se señaló en la presentación del encuentro, realizada la noche del miércoles pasado, en Quito se darán cita los precursores del Butoh en la región y otros destacados exponentes de esta danza.
Los nombres van desde el brasileño Joao Souza; pasando por los chilenos Carla Lobos, Lobsang Palacio y los grupos Fuchein y Sacroficio; hasta los mexicanos José Bravo, Tania Galindo y Alfonsina Rio Santos. Además de Rhea Volij (Argentina) y Manusdea Arte escénico (Colombia). Por Ecuador estarán Susana Reyes -directora de la Casa de la Danza y pionera del Butoh en el país-, y Laura Corral, representante de la nueva generación en esta propuesta escénica.
Tras las palabras de presentación, el bailarín chileno Lobsang Palacio ocupó el espacio de la Casa de la Danza con sus movimientos y energías, durante una pieza improvisada, bajo una luz cenital, con el paisaje del Centro Histórico de fondo y al sonido de un chelo y una guitarra.
Momentos de intensidad y otros de calma se prestaron para la contemplación de un cuerpo que buscaba renacer desde el desperdicio, hasta el florecimiento de una rosa. Palacio se abría en movimientos, dejando al pasado el cuerpo mutilado y buscando otras formas que permitan vivir. Es que el butoh comprende la necesidad de morir constantemente, para renacer.
Fue una primera impresión de lo que busca este Encuentro, ser una cita que ponga en diálogo y hermane las propuestas dancísticas del japón de la posguerra con las problemáticas de Latinoamérica.