Hace 60 años se creaba la Sociedad Filarmónica de Quito y esta presentó su primer concierto internacional en el Teatro Sucre con el violinista T. Spivakovsky, quien con su Stradivarius interpretó a Mozart y Handel, acompañado por Soldemberg al piano. Así inició un ciclo en el que los melómanos de esa y futuras épocas, acudirían ávidos a escuchar música clásica.
Hace unos meses, siguiendo esta tradición que le es propia por la fusión de dos entidades de trabajo voluntario por la música clásica, Fundación Filarmónica Casa de la Música presentó a la Stuttgart Chamber Orchestra. Son seis décadas de contacto con los grandes intérpretes de los siglos XX y XXI y más de 400 presentaciones en la ciudad desde 1952.
Han venido a esta recoleta ciudad: Cortot, Rubinstein, Sancan; Arrau, Heifezt, Stern, Zabaleta, Segovia, New York Phylharmonic Orchestra y Bernstein, Solistas de Zagreb y A.Yanigro, Hamburg Chamber Orchestra, Berlin Phylharmonic Musicum Collegium, L’Insieme de Florencia; Badura Skoda, Loussier y su Trío de Jazz, Niños Cantores de Viena; Julliard Chamber Orhestra,L’Europa Galante-Fabio Biondi, I Solisti Veneti; Mstislav Rostrovich, Chic Corea & Origin, Arturo Sandoval, Rubalcaba, Al Di Meola, Joshua Bell, Gidon Kremmer y la Cammerata Báltica, Orchestra of the Americas, Barenboim y West Eastern Divan Orchestra, St. Petersburg Symphonic Orchestra, Cuarteto Emerson, siendo esta una corta lista de los más sobresalientes músicos que nos visitaron.
Con orgullo presentamos a los mejores artistas nacionales: Memé Dávila de Burbano, F. Salgado, Celia Zaldumbide, César León, Leslie Wright, Carlos Juris, Luciano Carrera y M. R. Portais, J.E.Cordero, B.Cepeda, y a nuestras diferentes orquestas. También E. Florencia, J. Floril, A.Barahona, A.Torres fueron nuestros invitados.
Siendo así, me permito refutar la opinión de aquellos dos amigos de la música que en este Diario, el día 10 de mayo, dijeron que la ciudad lleva “muy poco tiempo como destino de los grandes intérpretes de la música clásica”. Definitivamente se equivocaron, hemos trabajado ardua y silenciosamente durante 60 largos años.