El teatrista Patricio Vallejo Aristizábal, director artístico de Contraelviento Teatro, propone desde este 14 de abril, un seminario, en el que durante tres horas, cada sábado, hasta el 30 de junio, se reflexione sobre el teatro contemporáneo.
¿Por qué? Para llenar un vacío -responde Vallejo-, en un medio donde el teatro no ha sido considerado como una necesidad, ni siquiera para sus mismos cultores. Según el actor, director, dramaturgo e investigador, en Occidente el teatro lleva más de 100 años en un proceso complejo de rupturas, transiciones y continuidades; sin embargo, en el Ecuador, sus estéticas y poéticas, el arte del actor, los comportamientos escénicos y el rol del teatro frente a la sociedad no han sido reflexionados. “El teatro penosamente es una suerte de lugar común que se reconoce desde la intuición; desde ahí se dan los recursos, se crea, se enseña y se multiplica la idea del actor como mero intérprete de las geniales creaciones de un escritor”.
Además, Vallejo habla de una tensión entre el teatro de complacencia (o de una necesidad de ella para la supervivencia) y el arte del teatro (de renovación y búsqueda). El segundo existe en el país, al margen, con contados grupos, pero su pensamiento tampoco se ha sistematizado ni divulgado, porque -señala el teatrista- se prefiere publicar otras cosas. Por ello, el fin de este seminario es que culmine en una publicación que ordene y difunda las reflexiones extraídas de la discusión sobre las propuestas de diferentes pensadores y renovadores del teatro en el siglo XX.
Los postulados de 12 pensadores serán analizados hasta la formulación de una perspectiva personal. De entre todos ellos -apunta Vallejo- no se puede trazar una sola línea de desarrollo, pero hay influencias, rupturas y contraposiciones. Vallejo cita a Jerzy Grotowsky para referirse a Stanislavsky (el gran renovador del teatro), pues dice que este formuló las preguntas correctas y propuso un método para el actor. Claro, las respuestas de Grotowsky a esas preguntas fueron diferentes a las de Stanislavsky, así como las de cada pensador.
Pero tirando líneas, Vallejo traza una entre Antonin Artaud, Grotowsky y Eugenio Barba; otra (el teatro político) entre Piscator, Brecht, Boal y Santiago García; las líneas se entrecruzan en Peter Brook. Además de esos nombres en el curso se integran Meyerhold, Lecoq y Sechner.
Así, el seminario también busca suplir la ausencia de un canon, lo que -desde la visión de Vallejo- ha contribuido a que en el teatro todas las propuestas se metan en un mismo costal, que el oficio sea considerado como un ‘hobby’ o que siempre se lo emparente con la comedia televisiva y sus formas.
Para ampliar las perspectivas sobre el arte teatral aparece este seminario. Las inscripciones están abiertas en Contraelviento Teatro (Casa de la Cultura, quinto piso 08 288 9328).