¿El talento musical es un don que se transmite de generación en generación? Esta es una de las preguntas que surgen luego de conocer un detalle en particular en la vida del director israelí Roni Porat: en sus venas corre sangre de Mahler.
Luego de aproximadamente 20 años de no pronunciarse al respecto, Porat, quien hoy y mañana lleva la batuta de la Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador -en los conciertos que justamente tienen programados la cuarta sinfonía de Gustav Mahler-, habla en Ecuador sobre este parentesco con uno de los compositores más afamados de finales del siglo XIX e inicios del XX.
Para contar cómo se da esta relación de su familia con la de Mahler, en la conversación con Porat se hace necesario remitirse a esos momentos de su juventud; aquellos cuando, tardíamente, decidió a los 21 años que la música debía formar parte de su vida.
“Tiempo después de entrar a la Academia Rubin de Música en Jerusalén para aprender guitarra, me interesó la conducción de orquesta. Fue en ese tiempo cuando mi madre (checa de nacimiento) escuchó de un primo suyo que su antepasado era Mahler”, cuenta el director israelí.
La curiosidad sobre este parentesco llevó a Porat, luego de la caída del muro de Berlín, a viajar a Kaliste, República Checa (lugar de nacimiento de Mahler). En la pequeña ciudad, y tras preguntar insistentemente a los lugareños, logró encontrar la casa del compositor, que hacia 1989 se había convertido en un bar.
“Al entrar allí, uno de los dependientes nos llevó a un cuarto donde estaban viejas cajas con documentos y cosas de Mahler”, narra.
Con algunos de los viejos papeles en mano, Porat, en compañía de su madre, se trasladó hacia Jihlava, ciudad donde Mahler creció. En el museo dedicado a la memoria del compositor, un investigador les afirmó que la relación de Porat con Mahler se encuentra a través de la madre del segundo: Maria Herrmann, prima del bisabuelo del israelí.
“Alegre, fui a Israel a contarle a un profesor sobre esto. Él me dijo: sí, sí, todo el mundo es pariente de Mahler. Fue en ese instante cuando decidí no hablar del tema hasta el momento en el que sienta que he madurado, musicalmente hablando”, señala el director.
¿Por qué retomar el tema en Ecuador? Porat responde que existe una cosa para que este país sea el idóneo para romper el silencio: es el primer lugar en el que va a interpretar una sinfonía completa de Mahler. Antes había dirigido movimientos de sus diez sinfonías, “pero estaba esperando que una orquesta me invitara a conducir una sinfonía completa y así sentir que he madurado”. En sus presentaciones en Quito no solo hay obra de Mahler, también está su Serenata para cuerdas, una de las primeras composiciones del israelí. Hoy a las 20:00 en el Politécnico y mañana a la misma hora en la Casa de la Música.