Su vena política no abandonó a Mario Vargas Llosa ni siquiera en las horas posteriores a lo que es su consagración literaria. Entre sus múltiples declaraciones, Cuba y Venezuela tuvieron un lugar.
El premio Nobel de Literatura 2010 dijo ayer que Latinoamérica muestra avances en sus democracias, a excepción de Cuba y Venezuela que representan un retroceso en la región.
El ‘bichito’ político le es consustancial; y lo acompaña desde su juventud. No ha mantenido una sola línea: pasó de su apoyo entusiasta (y posterior rechazo) a la revolución cubana en los 60, a posiciones conservadoras en los años 80, las mismas que defendió cuando fue candidato a la presidencia del Perú en 1990.
Allí estuvo a punto de ganar cuando apareció el entonces desconocido agrónomo Alberto Fujimori, quien resultó finalmente electo. Su participación desde entonces en la política peruana ha sido marginal, y se limita a haber aceptado el año pasado dirigir el Museo de la Memoria sobre la guerra interna del periodo (1980-2000), aunque renunció el mes pasado por su discrepancia por un decreto del Gobierno que beneficiaba a violadores de los derechos humanos.
“Yo he sido un crítico de cualquier tipo de dictadura, de izquierda, de derecha; yo he criticado y continúo criticando a la dictadura cubana y así como critiqué la dictadura chilena en el tiempo de Pinochet, yo defiendo la democracia, defiendo las reformas liberales”, afirmó ayer.
Pese a sus críticas directas a los gobiernos venezolano y cubano, escritores venezolanos y cubanos acogieron con júbilo el premio que le fue otorgado. En Cuba, desde los años 70 no se han vuelto a publicar sus libros.
El periodismo y el teatro
Poco después de llegar a París, en los 60, trabajó en la AFP, cuando se abrió un concurso para crear este departamento de español . “Trabajamos un grupo de latinoamericanos y españoles muchos de los cuales después hicieron una notable carrera periodística, como Juan Tomás de Salas, que fue el creador de Cambio 16 y luego director del Diario 16; o Juan Luis Cebrián, que fue el primer director de El País”.
A continuación pasó a la Radio Televisión Francesa por la noche, lo que le permitía trabajar menos horas y poder escribir.
El teatro ha sido otra de sus pasiones. Además de haber escrito obras teatrales como ‘La señorita de Tacna’ (1981), ‘ El loco de los balcones’ (1993) u ‘ Ojos bonitos, cuadros feos’ (1996), entre otras, ha incursionado en la actuación, acompañado de la actriz española Aitana Sánchez-Gijón.Con ella actuó en ‘La verdad de las mentiras’, ‘Odiseo y Penélope’ y ‘Las 1000 noches y una noche’, en cual el público español pudo ver al ahora Nobel, en el 2009.
‘Espero que me lo hayan dado por mi obra literaria y no por mis opiniones políticas”
“Tengo ganas de esconderme en alguna parte”