Poliamor: Relación erótica y estable entre varias personas con el consentimiento de todas ellas. Así define el Diccionario de la Lengua Española aquella palabra, que es una de las nuevas incorporaciones al habla oficial. También están “pansexualidad“, “bot” e, incluso, “valer madre”.
Un total de 3 836 modificaciones incluye este 2021 la última actualización anual del Diccionario, la quinta consecutiva que realizan la Real Academia Española y la Asociación de las Academias de la Lengua Española (Asale). Las novedades, según se conoció el 16 de diciembre del 2021, consisten tanto en la adición de nuevos términos como en enmiendas y nuevas acepciones de palabras que ya figuraban en el Diccionario.
Novedades de género y sexo
En cuanto a género y sexo, se destaca la inclusión de la palabra “obispa”, ya que en algunas iglesias existe esta figura que antes solo estaba en el diccionario en género masculino. Además de “transgénero“, se pueden consultar en el diccionario términos como “poliamor“, “cisgénero” o “pansexualidad“.
Por si se lo pregunta, la pansexualidad es, según el diccionario, “Atracción sexual hacia cualquier individuo u objeto“. El cisgénero es un adjetivo (que también puede usarse como sustantivo) y que, dicho de una persona, indica “Que se siente identificada con su sexo anatómico“.
Transgénero tiene la definición exactamente contraria: “Dicho de una persona: Que no se siente identificada con su sexo anatómico“. Y sí, también se puede usar como sustantivo.
Palabras de la tecnología
Muchas de las palabras incluidas reflejan la digitalización creciente de la sociedad, como “bot“, “bitcóin“, “criptomoneda“, “ciberdelincuencia“, “ciberacoso“, “webinario“, “geolocalizar” o “intro“, pero también palabras ya existentes en el diccionario se “reinventan” con nuevas acepciones en ese ámbito.
Es el caso de palabras tan usuales como “compartir”, que ahora incluye la acepción de poner a disposición de un usuario un archivo o un contenido digital, o los verbos “cortar” y “pegar“, a los que ahora se une también la forma coloquial “cortapega” (el tan usual ‘control C, control X, control V”).
Palabras de la pandemia
La pandemia de coronavirus sigue dejando su rastro en el diccionario, como muestra la incorporación de nuevas acepciones como “cubrebocas” o “nasobuco“, “burbuja social” o “nueva normalidad“.
“Hisopo” es definido ahora también como “palillo recubierto de algodón usado para la higiene personal o para tomar muestras biológicas de una parte del cuerpo”. Y “cribado” pasa a tener más acepciones para definir el examen médico para detectar una o más enfermedades.
Incorporaciones desde América
Algunas de estas palabras proceden de Hispanoamérica, como ocurre con “emergenciólogo” y “urgenciólogo”. Otros americanismos que entran en el Diccionario son “buseca”, “chuteador”, “repentismo, “salvada” o “sambar”, o la forma compleja de “valer madre” o “valemadrismo” para referirse a algo de poca importancia.
También entra una nueva acepción de “audífono” como sinónimo de “auricular”, un uso propio de América.
Casi 4 000 novedades
Si en 2019 fueron 1 100 las novedades introducidas en el DLE y 2 500 el pasado año, en 2021 se han elevado a cerca de 4 000 las modificaciones, que pasan un proceso hasta ser aceptadas, según explicó el director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, ya que “no hay que precipitarse”.
Y por eso, las propuestas, que pueden llegar de cualquier usuario o académico, “se dejan dormir en la puerta hasta que se estabilizan”. Porque “a veces palabras se ponen de moda y desaparecen tan pronto como aparecen en el mercado de la lengua”, indicó el director.
De ahí que haya términos como “top manta” (una forma compleja que define la venta ambulante ilegal), que acaban de ser incorporados, aunque se usen desde hace tiempo.
También palabras coloquiales que se usan en el día a día de los hispanohablantes: “búho” en referencia al autobús nocturno; “chuche” como acortamiento de “chuchería”, y otras como “ojiplático”, “empanado”, “quedada” o “rayar”.
En la gastronomía se cocinan nuevas palabras
Las novedades en materia gastronómica son muchas, entre ellas “crudité“, procedente del francés, o “quinoa“, voz de origen quechua.
El “tinto” (referido al vino) es otra de las entradas a las que se añade ahora la de “de verano” y también figura la adición de “balsámico” a la entrada “vinagre”.
Todas estas modificaciones figuran ya en la versión digital del DLE, que cuenta con el apoyo de la Fundación La Caixa, ya que, aunque habrá una 24 edición del Diccionario en papel, todavía no hay fecha para su publicación.
“Si por mi fuera diría que hubiera un diccionario en papel siempre, pero actualmente trabajamos en el digital”, indicó el director de la RAE, que explicó que siempre este último será más amplio y con más información.Y recordó cómo la 23 edición del Diccionario en papel fue una de las publicaciones “que más rápido pasó a la historia”.