Sobre los muros ya no solo descansa la pintura blanca, en los jardines no son las flores el único ornamento, por las ventanas ahora pasan las ideas, como antes la luz. Es lo que se ha conseguido durante estos días de montaje de las instalaciones que componen el proyecto Arte Contemporáneo y Patios de Quito, que hoy abre sus puertas. La inauguración será a las 11:00, en el Centro Cultural Metropolitano.
Así, los 10 artistas participantes, tras buscar las formas del diálogo entre la tradición y las manifestaciones actuales, entre la historia y sus visiones del mundo, enfrentan ahora otra parte de su proceso creativo: la exposición de su obra ante las lecturas del público.En el Cadisan, la guayaquileña Larissa Marangoni busca las reflexiones de quienes atraviesan el patio de la magnolia. Su intervención , ‘Invidencia’, se arma de espejos y fotografía digital para cuestionar a los transeúntes sobre el cuidado del medioambiente.
Mientras que a La Ronda llegará una nueva vecina: Alicia, quien todavía tardará unos días más en llegar. Es la propuesta de la española Cristina Lucas.
Un compatriota suyo, Jorge Perianes, en busca de las posibilidades de la iluminación ha trabajado con cables y focos sobre el patio de la biblioteca del Centro Cultural Metropolitano. Y en esa misma institución, pero en el Patio de la Picota, el brasileño Rubens Mano, manejando arena y vegetación, ha armado ‘Cosecha’, obra que servirá de escenario para el acto de apertura al público.
La fascinación de Priscilla Monge (Costa Rica) con la Casa del Higo llegó a través de la amabilidad y apertura de su propietario, Fabián Recalde. Ya una vez dentro de ese patio surgió la idea de trabajar alrededor de las leyendas de Quito, relatos que envuelven a la ciudad y a sus personajes. Así nació ‘El patio de los milagros, una instalación que se construye desde el valor de la tradición y de sus textos.
De las letras también bebe la intervención que el cuencano Pablo Cardoso ha realizado en el patio de la familia Carrasco Oña. Allí, décadas atrás nació el poeta Alfredo Gangotena, quien invitó al francés Henri Michaux a pasar una temporada en la ciudad. Los versos de Michaux son la base de ‘Mi habitación da a un volcán’, como se ha llamado a esta obra.
‘No te veré morir’ es la intervención de Magdalena Atria (Chile) sobre la Casa de Sucre, un proceso que empezó considerando el espacio y la historia del lugar. Su trabajo involucra plastilina, dentro de un proceso manual y laborioso. Con este material consigue formas orgánicas que se integran con la arquitectura del lugar.
Días atrás, Sascha Hann, el asistente de la artista libanesa Mona Hatoum, dejó instalada la intervención en el patio del convento de San Agustín. Bajo el nombre ‘Jardín colgante’, esta obra se desarrollará a la par de la duración de ACPQ, pues supone el crecimiento de césped, en medio de una barricada de sacos de yute.
En el patio de la familia Villacrés Miranda, el quiteño Miguel Alvear ha planteado la realización de una misa de bendición del lugar (hoy, a las 13:00). Esto como parte del proceso creativo que compone ‘El patio de los pecadores’, una intervención con inflables y que busca la interacción con los habitantes de la casa.
De esta forma, los participantes conjugaron la memoria de los espacios con sus expresiones personales. Los patios están abiertos y en cada uno habrá mediadores que facilitarán el recorrido.
El proyecto Arte Contemporáneo y Patios de Quito, es una iniciativa de Arte Educarte, de Grupo EL COMERCIO y cuenta con el auspicio de: Fonsal, Quito Turismo, Seacex, Porta, Embajada de España, Ediecuatorial, American Airlines, Hilton Colón, Embajada de Brasil, Bienal de Cuenca, Diners Club, Banco del Pichincha, Prochef, y también con el apoyo del Centro Cultural Metropolitano.