Un concierto magistral brindó anteayer la Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador (OSNE), bajo la dirección de la maestra Andrea Vela, en el Teatro Bolívar.El ‘Concierto para bandoneón y guitarra’ de Astor Piazzolla, interpretado por los 60 músicos de la Orquesta y los argentinos Rodolfo Mederos, bandoneonista, y Sergio Puccini, guitarrista, causó distintas reacciones entre los asistentes que coparon las butacas. Marco Moreno, por ejemplo, se contagió del ritmo que se desprendía de los instrumentos y empezó a imitar los movimientos que ejecutaba la directora. Al inicio, lo hacía con unas ligeras inclinaciones de cabeza, pero después se levantó de su silla y empezó a mover los brazos, su cintura y hasta las puntas de sus pies, tal como lo hacía Vela. La acción duró dos minutos hasta que Moreno volvió a tomar asiento, tras el llamado de atención que le hiciera su esposa.Estefanía Venegas, en cambio, pasó sonreída los 110 minutos que duró la velada. Era la primera vez que asistía a un concierto de la Sinfónica, y al igual que Moreno, quedó encantada con la música y los movimientos realizados por la maestra ecuatoriana, la primera mujer que dirige a la OSNE.La estudiante de Ingeniería en Petróleos, de la Universidad Tecnológica Equinoccial, llegó al Teatro Bolívar invitada por una amiga. Al inicio, aseguró, pensó que sería un encuentro aburrido, pero ese imaginario cambió cuando escuchó a la Orquesta interpretar la obra de Piazzolla, compositor argentino, fallecido en 1992. La velada se inició con ‘Hoe down’, una danza folclórica norteamericana de Aaron Copland. La interpretación fue melódica, pero lo suficientemente explosiva como para hacer que el público mueva su cintura sobre el desgastado tapiz de las rígidas sillas.Acto seguido, la Sinfónica, junto a los músicos argentinos, interpretaron la obra de Piazzolla, una de las grandes partituras escrita por el célebre compositor en los últimos años de su vida.La obra, creada por uno de los compositores de tango más importantes de la segunda mitad del siglo XX, se estrenó en el Central Park de Nueva York, en 1982.Después de esa interpretación, el público retribuyó con aplausos el ‘show’ que dio Puccini y Mederos, considerado uno de los mejores bandoneonistas del mundo. Mederos, compositor, arreglista e intérprete de tango, ha tocado junto a Daniel Baremboim, Joan Manuel Serrat, Luis Eduardo Aute y el propio Astor Piazzolla.Tras la ola de cumplidos, ambos músicos resaltaron la labor de la Orquesta Sinfónica Nacional y la atención del público quiteño. “Estamos felices de estar acá. Esperamos que les haya gustado nuestra intervención”, dijo Mederos.En la segunda parte del concierto, la Orquesta escenificó uno de los grandes clásicos universales de España, titulado ‘El amor brujo’, de Manuel de Falla.Esa creación cuenta la historia de Candela, una muchacha gitana, que vive enamorada de Carmelo, pero que a causa de un ex amante le es imposible acercarse. La obra es de carácter andaluz, tanto en lo musical como en lo literario.La música contiene momentos de gran belleza y originalidad, e incluye las famosas Danza ritual del fuego, la Canción del fuego fatuo y la Danza del terror.Varios fragmentos de esa obra fueron interpretados por la mezzo soprano Dahly Naranjo.El concierto de la Sinfónica finalizó con el Danzón nro. 2, del compositor mexicano Arturo Márquez. La obra, de gran energía rítmica, hizo bailar al público.