La noche del miércoles pasado, Schubert Ganchozo habló de música popular contemporánea. También la cantó. Quienes lo escucharon, unas 120 personas, llenaron el auditorio del Museo Municipal.
Otras 20, en una sala contigua, vieron en una pantalla grande la segunda presentación de Musimuestras 2010. Se trata de un programa que cumple su sexto año y que está organizado por la Municipalidad de Guayaquil.Cuando Ganchozo habló de Manchecaña, contó que es una composición escrita con la inspiración de los pocos reductos de caña guadúa que hay en la provincia de Guayas. Y que cuando una persona está metida dentro de esos sitios existen atmósferas sonoras que inspiran a orquestaciones. Es así como nació esta canción que la ubicó en el género del bolero amorfinero.
Así, previo a ejecutar sus composiciones, con su grupo Bambú Ensamble, el músico e investigador guayaquileño contó cómo las hicieron. Habló de vivencias personales, de tradiciones orales, de paisajes del Litoral ecuatoriano y de la gastronomía costeña.
Volando sobre Ecuador, Mi litoral bendecido, La burrita enamorada, Monos arrulladores, La Chautiza, Cusumbo top, La barca, En las olas, Papagayo, Cosas ricas y El truco y la maña fueron parte del repertorio que, a más de recibir aplausos, puso a bailar a los asistentes de todas las edades.
Schubert Ganchozo explicó que estas presentaciones, en la que uno cuenta cómo se hace y se siente la música, es posible en espacios como Musimuestras. Además, está más cerca de la gente.
La parte didáctica y las propuestas musicales que se presentan en Musimuestras son lo que destaca Jorge Parra, director de la edición 2010. Él cuenta que este año se busca un acercamiento del público a los músicos y a la música contemporánea y a algunas de sus vertientes cercanas.
A diferencia de otras ediciones, en esta cada músico es el propio director conceptual. Esto, dice Parra, permite que cuente cómo se han ido desarrollando y creando los géneros y las composiciones. Con ello se cumple la parte didáctica de Musimuestras.
Tras una hora de concierto y aprendizaje, los asistentes dejaron el Museo Municipal a eso de las 20:00. La noche estaba fresca y algunos prefirieron caminar para volver a casa.