Sola. Una mujer que se expresa con su cuerpo, con su voz, con su gesto, con su ritmo, está sola sobre el escenario. Allí, en el espacio que le ha robado a la penumbra, se multiplica desde su género y trasciende con su arte: narra historias, motiva risas, propone reflexiones, deslumbra con su movimiento.
Así se dieron las primeras funciones del IX Encuentro de Mujeres en escena Tiempos de mujer 2012. Una cita que -en palabras del equipo organizador, la Fundación Mandrágora- busca visibilizar el trabajo de las mujeres creadoras. Para ello están el teatro, la danza, la música, la fotografía, la pintura. Para ello también, los escenarios del Teatro Variedades, de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, del Centro Cultural de la Universidad Católica, del Patio de Comedias; y las salas de las cuatro ciudades donde las funciones y las actividades paralelas también tendrán lugar hasta el 31 de marzo: Ambato, Ibarra, Otavalo y Guayaquil.
De esas funciones con las que inició este festival, ya queda la imagen, el recuerdo y la sensación transitando por retinas, mentes y pieles. Las risas surgieron con las narraciones orales de Ana Escobar, que con sus Cuentos en verso para oídos perversos propone una relectura de los relatos de hadas y princesas, una relectura pensada y rimada para estos tiempos de inmediatez, liberación sexual y agresión.
Milena Rodríguez bailó El ombligo, una coreografía del ‘Cacho’ Gallegos y Fréderique Roze: un juego de pesos e ingravidez, donde la música instrumental y los silencios enmarcaban a una mujer, pendiendo y desprendiéndose de un globo, pendiendo y desprendiéndose de roles impuestos, de su maternidad, etc.
La narración oral también estuvo con Ángela Arboleda, que entre pasos de baile hilvanó sus emotivas historias en Rojos y de tacón colorado. Así hizo de lo absurdo algo verosímil, de lo cómico un pretexto para llorar y del espacio escénico un rincón de España o de Argentina o de Guayaquil.
Y a esas funciones del primer día, siguió la puesta en escena de Lilith, de Manuela Romoleroux. Mientras que para ayer estaban previstas dos funciones con significativos nombres de mujer: Antígona, un proyecto dancístico de Amelia Poveda; y María, pieza teatral de Coco Maldonado.
En los días venideros, Valentina Pacheco, Andrea Ordóñez, América Paz y Miño, Adriana Oña y Susana Nicolalde (directora del festival), entre otras, nos participarán historias y emociones.
Pero no solo están las funciones. La soledad de las mujeres en escena se contrarresta con su trabajo en grupos durante los talleres, los mismos que tratan sobre el ritmo de la narración y la creatividad corporal. Las clases magistrales, las conferencias y las demostraciones de trabajo también son espacios de encuentro.
Pero la visibilización de las mujeres creadoras, más allá de los días del festival, también produce un registro, pues el proyecto fotográfico Transitando huellas se construye de imágenes y entrevistas que recogen los testimonios de las trabajadoras de la escena. Año a año se suman nombres e historias que dan cuenta de procesos creativos y de días de temporada, que evocan aplausos. Este año, en Tiempos de mujer, también se escriben nuevas historias.
Programación
En el Teatro Variedades, a las 19:30, se presentan: hoy, el Cactus Azul, con 2+ 2= -1; mañana, Diana Borja, con Bárbara Babylon; y el sábado, un concierto con Jenny Villafuerte y Andrea Ruiloba.
Desde el hoy, hasta este sábado, de 10:00 a 12:00, en el Parque Itchimbía, se desarrollará un taller de creatividad corporal dictado por Tanya Sánchez.
Calderón recibirá este sábado dos funciones: a las 15:00, ‘Villa Ratón a mitis’, obra de el Teatro de los Silfos; y a las 18:00, Tiempos de embrujo, coreografía de Fusión Flamenco.
La exposición de memorias ‘Transitando huellas’ (fotografías) y ‘Pieles en escena’ (artes plásticas) se abre el jueves 29, a las 19:00, en la galería principal del Centro Cultural de la Universidad Católica.