La muerte de María Elena Walsh, la gran escritora y compositora argentina, dejó en ese país un hondo pesar. Como si repentinamente, siendo niños, la madre llamara para tomar la leche de la tarde y arruinara el juego. A poco de cumplir los 81 años, partió una voz lúcida, que sabía jugar con las palabras, que supo ver un mundo al revés, que relató en ‘Manuela, la tortuguita’ a los que se van pero siempre vuelven, las historias siempre disparatadas y bellas. Pero sobre todo, se fue una voz cuya música nunca ha dejado de acompañar a miles de niños argentinos.
“Mi hijo es músico de rock. Tiene 28 años. El otro día vi entre su cantidad de CD de Led Zeppelin o Jethro Tull, uno de María Elena Walsh. Me asombró, pero él me dijo: “Con ella aprendí a ser músico; fue la primera música que escuché”, cuenta Gabriel, triste, en las afueras de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (Sadaic), donde fue velada hasta la mañana de ayer.Desde hace 40 años, los niños saben que a las 07:05 de la mañana, cuando en el programa radial de Magdalena Ruiz Guiñazú suena algún tema de ella, en algún lugar deben estar. “Yo en ese momento sabía que tenía que estar comiendo el desayuno antes de ir a la escuela”, dice Ángela, aunque “también me acuerdo de esa rabia que sentía porque tenía que ir a la escuela en esos fríos de invierno, y eso le pasaba a mi hijo también”, añade.
Seguramente porque supo tratar a los niños con altura se explica que se ha convertido en una mujer perpetua en la memoria colectiva, explica que en las tiendas de discos de Buenos Aires hay solamente dos CD de Xuxa, quien fue un fenómeno en Argentina con su propio programa, pero de María Elena Walsh hay más de 70 productos entre discos y DVD.
“Ella protegió a los niños con su obra. Porque mientras la gente improvisada hacía cualquier cosa con tal de salir al aire, ella sostuvo la calidad. Toda la niñez argentina está basada en su creación, todos los actores infantiles han montado su obra. Todos le debemos algo. Todos los argentinos saben que se ha muerto una grande”, dijo el actor infantil Pipo Pescador.
No solo fue el mundo infantil el que ayer recordó a María Elena Walsh, porque fue una mujer valiente que supo enfrentar a la dictadura cruel que azotó este país. Ella decía que su tema favorito era La Cigarra, quizá su tema más emblemático y que ayer fue entonado por los cientos de personas que la acompañaron a su última morada: el cementerio de la Chacarita.
“Ella siempre supo levantar el arma más temible para los dictadores: el humor y la poesía. Todo ello le costó el exilio. Fue compañera de nuestras inquietudes y adversidades”, dijo ayer el músico Eduardo Falú. Seguramente por eso, el mundo de la cultura en Argentina sintió un remezón. Figuras del espectáculo y la política despidieron en Sadaic a quien fue uno de sus referentes más importantes.
“En aquellos difíciles años 70 fue excomulgada de nuestra sociedad por sus opiniones. Recordar a ese poema viviente, apasionado, no solo unió estilos diferentes sino que nos permitió crecer sabiendo que ser persona es la mejor meta que puede tener uno en la vida. Pareciera una meta tan simple, sin embargo es tan difícil, sobre todo en sociedades como la nuestra”, dijo Susana Rinaldi.
A pocos metros de la tumba de María Elena Walsh, en el cementerio de la Chacarita, yace también Carlos Gardel. El cáncer a los huesos que la martirizó desde la década de los 80 triunfó en esta larga batalla. Pero Walsh será para siempre, como dicen los argentinos para afirmar la grandeza de alguien, “una Gardel”.
El Reino del Revés
Me dijeron que en el Reino del Revés
nada el pájaro y vuela el pez,
que los gatos no hacen miau y dicen “yes”,
porque estudian mucho inglés.
Vamos a ver cómo es
el Reino del Revés.
Me dijeron que en el Reino del Revés
nadie baila con los pies,
que un ladrón es vigilante y otro es juez,
y que dos y dos son tres.
Me dijeron que en el Reino del Revés
cabe un oso en una nuez,
que usan barbas y bigotes los bebés,
y que un año dura un mes.
Me dijeron que en el Reino del Revés
hay un perro pequinés
que se cae para arriba y una vez
no pudo bajar después.
Me dijeron que en el Reino del Revés
un señor llamado Andrés
tiene 1 530 chimpancés
que si miras no los ves.
Me dijeron que en el Reino del Revés
una araña y un ciempiés
van montados al palacio del Marqués
en caballos de ajedrez.
Escritores y gente de la cultura ecuatoriana recuerdan a María Elena Walsh
Mónica Varea / Librera y escritora
‘No era la típica moraleja’
Más que una influencia en mi escritura, María Elena Walsh ha sido un referente literario en mi formación materna porque mis hijas crecieron escuchando sus poemas y canciones.
Cuando encontré los poemas de Walsh para mis hijas, fue justo lo que yo quería darles a ellas. Era justamente este hablar de libertad, un hablar simple, de manera linda pero libre. No era la típica moraleja, ni tampoco la típica poesía aburrida, era algo muy nuevo.
Si ciertamente Gabriela Mistral marcó un espacio importante en la literatura con poemas como Canción de cuna, María Elena Walsh venía a romper con esto mediante sus canciones. Yo recuerdo que con mis hijas cantábamos y bailábamos con Walsh.
La pérdida de María Elena Walsh me ha traído a la memoria muchos recuerdos. Me ha enfrentado a la adultez de mis hijas. En sí, me ha dolido.
Leonor Bravo / Escritora
‘Una literatura muy fresca, irreverente’
María Elena Walsh es una de las más importantes representantes de la literatura infantil latinoamericana. Fue la pionera en Argentina.
Walsh posee una literatura muy fresca, irreverente, muy nueva, y también muy profunda. Yo creo que para todos nosotros representa una gran pérdida.
Yo no podría decir que María Elena Walsh influyó en mi quehacer literario ya que desgraciadamente llegó muy tarde al Ecuador. Yo no me formé, a diferencia de mucha gente en Argentina, con María Elena Walsh.
La literatura infantil pierde muchísimo con su partida. Ella es un ícono. Se opuso firmemente al autoritarismo. Su lucha contra la dictadura le llevó a exiliarse en París. Esto la formó como una figura muy integral y completa.
Walsh nos deja un compromiso muy grande con la parte lúdica, irreverente y contestataria de los niños.
José Morán / Actor
‘Eran canciones vivas y llenas de imágenes’
Cuando era niño, aprendí las canciones clásicas como Pin-Pon, Pinocho, La muñeca vestida de azul. Pero cuando nacieron mis hijos, yo les cantaba las mismas canciones. De pronto, me di cuenta que era un repertorio muy reducido y fue cuando tuve mi primer encuentro con las canciones de María Elena Walsh. Sus canciones me encantaron porque me daban la oportunidad de ofrecer un nuevo repertorio más alegre y dinámico a mis hijos. Eran canciones vivas y llenas de imágenes.
Como cantautora, Walsh se destacó por brindar nuevas imágenes a la canción infantil, de una manera muy sencilla y muy nuestra. En sus canciones utilizaba cosas simples como los utensilios de cocina.
Hasta ahora no conozco a alguien que haya aportado tanto a nivel latinoamericano e incluso hispanoparlante, como se ha visto en la producción de Walsh.
Ella deja un inmenso espacio, pero al mismo tiempo es un reto para los poetas.
Edna Iturralde / Escritora
‘Ella, como las hadas, estará dormida’
Para mí, la muerte de María Elena Walsh fue algo tremendo. Yo, como presidenta de la Academia Ecuatoriana de Literatura Infantil y Juvenil, escribí una notita en homenaje a ella diciendo que no se ha ido. Que en textos como ‘Manuelita la tortuga’, nos deja sus hadas, su mundo al revés. Que ella, como las hadas, estará dormida, pero se queda con nosotros para siempre.
Así como en el resto de Latinoamérica, el espacio de ella aquí fue muy significativo. Varias generaciones de niños han leído los libros de ella. Asimismo, varios escritores han leído con amor y admiración su trabajo.
Walsh fue una de las arquitectas de la literatura infantil y de Latinoamérica. La importancia de ella es inmensa porque dejó el ejemplo de una escritura bien hecha, de una literatura maravillosa. Fue una mujer que supo soñar y plasmar sus sueños en papel.