Cuando el compositor austriaco-checo Gustav Mahler visitó el diván de Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, este último supo señalar que la personalidad musical del artista se encontraba entre la alegría y la tristeza.
Y es que una niñez penosa, un matrimonio lleno de decepciones y una personalidad exigente en cuanto al trabajo musical son solo algunas características que definen a Gustav Mahler. En el 2010, el compositor fue homenajeado en varios escenarios musicales alrededor del mundo en conmemoración de los 150 años de su natalicio. Mientras que, en el 2011 se recordará el centenario de su muerte.Sin duda, la influencia de Mahler ha marcado a academias, conservatorios e institutos de música por todo el mundo. Tras su muerte, el postromanticismo llegaba a su fin, y las tendencias contemporáneas empezaban a tomar la posta creativa. Pero su influencia trascendió las barreras del tiempo en compositores del siglo XX, como los austríacos Arnold Schönberg y Alban Berg.
Asimismo, en opinión del maestro Patricio Aízaga, director de la Fundación Orquesta Sinfónica Juvenil del Ecuador, la influencia ‘mahleriana’ también tuvo que haber rozado los acordes de la música del país. “Sin duda, el maestro ecuatoriano Luis Humberto Salgado tuvo que haber escuchado a Mahler y haber rescatado su influencia musical”, señala el director orquestal.
Pero, a pesar de que Mahler fue todo un fenómeno musical en su época, Aízaga nota que “en la música de Salgado no hay un claro tinte mahleriano. Él debió haber conocido de Mahler debido a la gran reputación con la que contó en su tiempo”.
Gustav Mahler nació el 7 de julio de 1860 en Kalischt, Imperio Austriaco (en la actual República Checa). Su infancia se vio marcada por las limitaciones en las cuales vivía su humilde familia y la agresividad con la que su padre, Bernard Mahler, maltrataba a su madre, Maria Hermann. La ambición del padre llevó a que toda la familia se trasladara a otra ciudad checa, Jihlava, en busca de mejores condiciones.
Desde entonces, la carrera musical de Mahler lo llevaría a estudiar en lugares como el Conservatorio de Viena (1875) y la Universidad de Viena (1877). En este último, Mahler cursó filosofía, historia e historia de la música. Además, fue director de la Ópera de Budapest y de la de Hamburgo, hasta que llegó su mayor éxito cuando, tras un breve paso por la Metropolitan Opera House, aceptó la dirección de la Orquesta Filarmónica de Nueva York.
A nivel musical, la obra de Mahler se vio altamente influenciada por los episodios de su vida. Ejemplo de esto es la Sinfonía nº 1 en Re mayor ‘Titán’. Según expertos, esta sinfonía alude a la lectura del libro ‘Titán’ del escritor alemán Jean Paul. Para el maestro Aízaga, en el cuarto movimiento se “llega a un momento de gloria”.
En Ecuador, Mahler ha ido haciendo presencia progresivamente. En 1996 fue la primera vez que se montó y presentó una obra del compositor postromántico. En esa ocasión, las sinfonías n° 1 y n° 6 fueron interpretadas por la Sinfónica Nacional.
Más recientemente, en noviembre del 2009, una orquesta con 112 instrumentos, 300 coristas de diferentes agrupaciones, y 2 solistas, dieron vida a la Sinfonía n° 2 ‘Resurrección’. La Filarmónica del Ecuador, la orquesta de la juventud ecuatoriana fue la responsable de la destacada interpretación. En el recital se sumaron las voces de la soprano Carolina Varela y de la mezzosoprano Heidi Vanderford.
“Ha sido el montaje más grande de Mahler alguna vez realizado en el país”, señala Aízaga, quien manejó la batuta en dicha presentación. Fueron dos funciones en la Casa de la Música.
En este año de conmemoración, la música de Mahler ha renacido con gran euforia. Muestra de la pasión mahleriana es la creación y reproducción de sitios web como www.mahler150.com donde se puede escuchar extractos de la mayoría de sus obras, y que funciona bajo la supervisión de la disquera Deutsche Grammophon. Esta empresa lanzó al mercado la colección ‘The Complete Mahler Edition’, una producción compuesta por 18 CD.