Lang Lang, de niño prodigio a pianista estrella, cumple 30 años

El pianista chino Lang Lang actualmente graba un nuevo disco en Berlín, Alemania. Foto: EFE

El pianista chino Lang Lang actualmente graba un nuevo disco en Berlín, Alemania. Foto: EFE

Es una estrella de la música clásica en todo el mundo. El chino Lang Lang fue un niño prodigio que se convirtió en el rey del piano. Toca para millones de personas en todo el planeta y ahora, que va cumplir los 30 (el 14 de junio), comienza a pensar en formar su propia familia.

Tras participar hace unos días en la ceremonia para conmemorar el 60 aniversario de la reina Isabel II de Inglaterra en el trono, Lang Lang viajó a Berlín donde estará cinco días para grabar en un estudio un nuevo álbum de Chopin.

Y en la capital germana celebrará su 30 aniversario con un concierto, al que ha invitado a la leyenda del jazz Herbie Hancock, así como a jóvenes promesas del piano procedentes de todo el mundo, que tocarán con él.

Después continuará su periplo artístico por Roma, de nuevo Londres, Saratoga, Lucerna, Lübeck. Imposible desprenderse de las maletas. "Y cuando si no ahora", comenta Lang Lang en conversación con DPA.

Aun cuando la vida en la clase business no siempre sea agradable, el músico asegura que le encanta "sentir esa energía" que siempre le "impulsa a avanzar". Y el camino hasta los hoteles de cinco estrellas como el que se encuentra en Berlín ha sido largo.

Atrás quedó la infancia cuando con una media decena de familias creció en condiciones humildes y con un padre tirano que le golpeaba hasta sangrar los dedos para que ensayase. En su suite le espera su madre, que siempre viaja con él y gestiona los tres celulares del pianista, con los que se comunica con el resto del mundo, con amigos y socios.

Con tenacidad, con disciplina pero también talento con mucho talento Lang Lang consiguió abrirse paso desde sus orígenes humildes. Entre 1997 y 2002 el niño prodigio estudió en el Curtis Institut de Philadelphia (EE.UU.) con Gary Graffman, quien dio clases a, entre otros, Vladimir Horowitz. Tomó la senda de la tradición pianística europea y Daniel Barenboim se convirtió en su mentor.

En Youtube se puede ver un video de como maestro y alumno estudian la "Appassionata" de Beethoven, una impresionante lección de formación musical.

La crítica no siempre fue benévola con él por sus gestos ampulosos, por lo que algunos consideran su exagerada forma de dejar patente su virtuosismo durante el concierto y, sobre todo, por esa irritante facilidad con la que toca el piano. Los puristas además le reprochan que en los grandes conciertos esté esponsorizado.

Y es que con Lang Lang se difuminan las fronteras del mundo del pop y la música clásica. Si antes de cumplir 30 uno es casi tan famoso como Madonna o Messi, da conciertos con la Filarmónica de Berlín o la de Nueva York, es invitado a la Casa Blanca a fin de actuar para el presidente Barack Obama o a Londres para deleitar a la reina, uno podría replantearse los objetivos en la vida.

Sin embargo Lang Lang asegura que no es así. "La infancia quedó atrás hace tiempo, ahora se está acabando la juventud. Pero todavía me queda mucho por delante", afirmó el pianista, quien ahora espera no tener que cumplir más con las expectativas de los demás.

Y en lo que al repertorio se refiere, el pianista siempre tuvo que interpretar los conciertos de Chaikovsky y Rajmaninov. "Para ser sincero, apunta, es lo que esperan público y organizadores". Pero ahora Lang Lang quiere pisar el freno y para empezar dejará de dar 150 conciertos al año. "Quiero finalmente poder decir no. Todo músico puede hacerlo", dijo.

Ahora quiere dedicarse a Wolfgang Amadeus Mozart, cuyas sonatas interpretaba a diario de niño pero que dejó de lado en favor de obras románticas para hacer carrera. En los próximos meses estudiará tres conciertos de piano de Mozart y tres sonatas. Aunque suene poco espectacular también lo quiere hacer por su carrera. "El público tiene que saber que también sé tocar Mozart".

Lang Lang intenta redescubrirse. La imagen de estrella adolescente ya no encaja y "el núcleo de mi público son personas que acuden regularmente a los conciertos y luego, sí, también hay algunos que van por primera vez", comentó. "No tengo que viajar a todas partes", dijo el pianista, cuyo calendario de conciertos se agota en julio.

En agosto quiere pasar las vacaciones en la Provenza. Desde hace años trabaja en su propia fundación que fomenta a jóvenes pianistas, así como el aprendizaje de música. Pero también está pensando en formar una familia propia. "Ese es mi plan para los próximos cinco años, si encuentro la pareja adecuada. Pero quién sabe, puede tardar o ir todo muy rápido".

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