La danza ecuatoriana está de luto. El maestro, bailarín y coreógrafo Kléver Viera falleció el domingo 27 de abril de 2025, a los 71 años, en su natal Cotopaxi, según informaron sus hermanos mediante un comunicado en redes sociales.
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Viera dedicó su vida entera a la danza. Inició su formación en 1974 en el Instituto Nacional de Danza, donde estudió ballet clásico con Noralma Vera y danza moderna con Rubén Guarderas. Dos años más tarde, se integró como bailarín profesional a la Compañía Nacional de Danza (CND), donde Rodolfo Reyes impulsó su compromiso político y estético, abriéndole además las puertas a una formación en México. Allí fundó el Ballet Contemporáneo Alternativa y dio sus primeros pasos como coreógrafo, según recogió El Apuntador.
El impulso de Kléver Viera por democratizar la danza en Ecuador
A inicios de los años 80, Viera regresó a Ecuador, reingresó a la CND, organizó la Escuela Coreográfica y, junto a Carlos Cornejo, dirigió en 1981 el Centro de Danza, espacio clave en la formación de nuevas generaciones de bailarines. En 1984, su impulso democratizador lo llevó a fundar la Escuela Yaradanza, orientada a llevar la danza contemporánea a sectores populares, y fue miembro fundador del Frente de Danza Independiente (FDI).
Un legado vivo en la danza latinoamericana
Su vocación trascendió fronteras: a partir de 1986 realizó giras en Colombia y Europa, dictando talleres y presentándose en escenarios internacionales. En 1988 se unió al grupo colombiano Ensamblaje – Combo, participó en actos callejeros de arte multidisciplinario. Viera dejó una huella profunda en la danza latinoamericana, como señala El Apuntador.
Su obra no solo se expresó en la danza sino también en la reflexión crítica. En entrevista con EL COMERCIO, por ejemplo, Viera lamentó la crisis de la danza en Ecuador, la falta de escuelas formadoras y la ausencia de políticas culturales que favorecieran a los creadores independientes.
A través de su Taller Permanente de Investigación Escénica, apostó por formar artistas capaces de crear “una danza nuestra, aunque sea medio chueca, mal vestida, pero nuestra”.
Una de las presentaciones del maestro Kléver Viera:
La obra ‘El niño del floripondio’ como homenaje a su trayectoria
En 2014, con su obra ‘El niño del floripondio’, celebró 40 años de trayectoria escénica y su 60 aniversario. Este espectáculo, cargado de referencias familiares y andinas, fusionó pasillos, butoh, danza zen, mexicana y ecuatoriana, en una búsqueda sincera de identidad.
Hoy, la partida de Kléver Viera deja un vacío inmenso, pero su legado vive en cada bailarín que encontró en su arte un camino para expresar lo humano, lo bestial, el amor y el dolor.
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