Los jóvenes universitarios se expresaron en la danza

Dejaron los libros y abandonaron los pupitres, se calzaron las zapatillas de baile y danzaron sobre las tablas. El miércoles, estudiantes de las universidades Católica, San Francisco, Salesiana, Central, UTE y UDLA demostraron que la danza es importante en su vida personal y complementaria en su formación profesional.El Día Internacional de la Danza fue el motivo que reunió a las delegaciones de estas instituciones en el coliseo de la PUCE. 16 coreografías mostraron los movimientos, giros y saltos de la danza contemporánea, neoclásica, árabe, española, tropical, folclórica, aérea, tango y capoeira.La Coordinación Cultural de la PUCE propuso en el I Festival Joven Danza Universitaria un espacio para el encuentro de los estudiantes y el disfrute de esta actividad artística. No fue una competencia, sino un acto integrador.Sobre todo se midió el esfuerzo de los jóvenes para expresarse a través del cuerpo y el interés en comunicarse con el público, que llenó los graderíos del lugar.Salvo los representantes de la Facultad de Artes de la U. Central, los elencos estaban conformados por alumnos de Arquitectura, Psicología, Medicina, Comunicación, Historia, Ingeniería y otras disciplinas, que mediante talleres extracurriculares escogieron relacionarse con el arte.En los camerinos, el nerviosismo era sobrellevado mediante ejercicios de relajamiento y concentración, los últimos ensayos de los pasos, risas y charlas. El vestuario y el maquillaje listos anunciaban el inicio del show.La danza contemporánea abrió el programa. La coreografía de la PUCE apuntó hacia el reconocimiento del cuerpo y los desplazamientos sobre el espacio. Le siguió la Central, la cual desde la danza teatro habló sobre el consumismo, la tecnología y la alienación del ser humano en la sociedad actual. Cerró esta primera parte la bella propuesta minimalista, en dos actos, y de marcado nivel técnico de la USFQ.Lo neoclásico contó con la sola presencia de la PUCE, institución que participó en todos los géneros. La pieza de este elenco mostró trabajo en la ejecución del movimiento, aunque propició el brillo de sus bailarines principales, relegando al resto del grupo.La propuesta de árabe de la UDLA mostró actitud, pero fue básica y de movimientos simples y repetitivos; no así la del grupo de la PUCE, con el cual se vio una concepción escénica de este estilo, juegos con el espacio y variaciones en el baile y correspondencia a la música.El tango llegó en la coreografía de tres momentos de la USFQ. Esta presentó, desde el tango clásico y sus fusiones con la música electrónica, un diálogo entre generaciones. La pieza de la Católica no tuvo mayor idea escénica: se basó en el baile en pareja.La UDLA y la PUCE participaron con capoeira. La segunda alternó combate y danza, en una escenificación de corte ritual. En cuanto a lo tropical, dos coreografías manejaron el espacio escénico. Con un sólido nivel técnico se armó el sabroso mambo de la UTE. Mientras que la salsa colombiana definió la marcación de pasos y giros en la carismática propuesta de la Católica. Esta universidad presentó también una sevillana de abanicos, caracterizada por el orden del elenco y la actitud de las bailarinas. Finalizó la noche con la danza aérea de la PUCE. La pieza ‘Encuentro’ fue vistosa, sorprendente, y habló de las relaciones entre el ser humano y la naturaleza.

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