Sus caminatas por las calles de la urbe cuencana le permiten conocer más a su gente y descubrir los rincones de la ciudad. Todos esos detalles le sirven a José Luna Matailo para componer sus obras musicales urbanas.
Luna compone, a tiempo completo y ya de manera profesional, desde hace cinco años. Este cuencano de 28 años fue invitado a Alemania, por los centros culturales Bürger Haus Barsbüttel y Theater Laucnburc.
Su estilo informal al vestir, de zapatos deportivos y calentador, también se transmite en sus letras, que son sencillas y tratan de situaciones urbanas. Su propuesta musical pretende abarcar la identidad del Ecuador y para eso fusiona lo moderno y lo clásico.
Su viaje fue posible gracias a que envío sus obras a los dos centros culturales, en los cuales presentará repertorio de Ecuador Mitad del Mundo, el 1 de junio y 10 de julio de este año.
Este artista, que disfruta de la naturaleza, detiene su caminar en parques, plazas, riberas de cualquiera de los ríos de la ciudad… En esos lugares escribe las letras de sus canciones. Luna viajó el viernes pasado a Alemania, con sus propios recursos, con el propósito de hacer contactos.
El compositor y cantante cuencano es un autodidacta. A los 7 años aprendió a entonar el piano y a los 9, la guitarra. En su viaje presentará el disco ‘Canción Extraviada’, que incluye 11 temas. Con este álbum busca “despertar la conciencia colectiva para que exista una reflexión en temas como los valores culturales, religión, pensamiento…”, dice.
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Principito, Protesta, Fea Soledad, Ya no quiero creer, son parte de ‘Canción Extraviada’, que produjo en cuatro meses, en un estudio independiente y con sus propios recursos. Según Luna, con este trabajo musical mostrará en Alemania la identidad de los ecuatorianos.
Para el decano de la Facultad de Artes de la Universidad de Cuenca, Julio Mosquera, la carrera de Luna se destaca porque sus obras musicales tienen un trabajo riguroso, complejo y cálido al oído. Elementos que logran esa calidez, que gustan al público. Además, son temas contemporáneos.
Con cierta nostalgia, el compositor recuerda que en la orquesta de su padre, que llevaba su nombre, Pepe Luna, adquirió la experiencia necesaria para presentarse en público y los conocimientos básicos de música.
Para este joven cuencano no ha sido fácil realizar sus estudios universitarios. Hace ocho años su padre murió. Entre risas recuerda las malas noches y las largas jornadas de trabajo en diferentes grupos de mariachi, en los que entonaba el violín. Este instrumento aprendió durante nueve años que estudió en el Conservatorio José María Rodríguez.
Luna es un alumno brillante y un compositor “excelente”. Así lo define Cecilia Suárez, profesora de la Facultad de Artes de la Universidad de Cuenca. Por su capacidad se ganó una beca para estudiar una maestría en música, en la misma institución.
Suárez se muestra alegre al conocer que su ex alumno fue elegido para interpretar su música en Alemania. “Es un país donde muy difícilmente toman en cuenta el trabajo que se hace en Cuenca”.
El compositor está convencido de que el contacto que tiene en sus largas caminatas, con jóvenes, niños y adultos, le permite que la composición fluya.
El disco ‘Canción Extraviada’ no es su única creación. En estos cinco años de carrera tiene 12 obras para teatro, cine, música de cámara y ópera. Entre ellas Pasión a Dolores. Además, la banda sonora para los filmes ‘Cota’ y ‘La Fuga’.
Esta última la realizó el año pasado y trabajó junto a Mariela Ramos. Ella destaca que Luna tiene una sensibilidad única, que se adentra en los personajes que son parte de un filme. También está abierto a sugerencias. “Nos sorprende con su creatividad”.
Actualmente realiza la música para un documental sobre la educación especial. Julio Peñaherrera, director de esta producción, dice que Luna es el mejor compositor de Cuenca. Su trabajo se caracteriza por ser muy visual y se acopla de forma idónea.
Estudios y carrera
Estudió en la escuela Hernán Cordero y el colegio Fray Vicente Solano. En la Universidad de Cuenca, siguió Composición musical y luego la maestría en Investigación y pedagogía musical.
Los costos por sus composiciones musicales, según José Luna Matailo, varían de acuerdo a la complejidad de la obra. Oscila entre USD 300 y 800 una banda sonora y la ópera USD 10 000.