La Feria del Libro de Fráncfort cerró hoy sus puertas con un balance muy positivo para el país invitado de esta edición, Islandia. “El eco que tuvimos fue tremendo, casi eufórico”, dijo el coordinador de la presentación de Islandia, Halldór Gudmundsson.
Precisó que gracias a la feria, la literatura islandesa ha saltado al mercado mundial. Según el presidente de los editores islandeses, Kristján B. Jonasson, el interés en autores islandeses también ha crecido estos días en Estados Unidos, el sureste asiático y en el este europeo.
Los organizadores de la feria, por su parte, se mostraron satisfechos con el aumento de visitantes a una cifra superior a los 280 000 del año pasado, en el que Argentina fue el país invitado.
Un total de 7 384 expositores de 106 países estuvieron presentes durante los cinco días del evento, una cifra ligeramente menor que la de 2010, dijo una portavoz.
Los libros electrónicos fueron el gran tema en mesas redondas y conferencias, pero su presencia en los stands de la feria fue más bien marginal.
El cierre de la cita del mercado literario lo marcó la entrega del Premio de la Paz de los Libreros Alemanes al argelino Boualem Sansal.
La edición del año próximo estará dedicada a la literatura de Nueva Zelanda.