Sexo: femenino. Este es el único punto decisivo en el que son distintas de sus pares masculinos. Por lo demás, Billie Black, Budoka y Vera son artistas por derecho propio. Pero no son artistas a secas, sino artistas urbanas y eso ya da para empezar a contar una historia…
Las tres se juntaron en la muestra ‘Instintas’ para expresarse y dar a conocer su trabajo. Al entrar a la casa del Colectivo Neural Industrias Creativas (ubicada en la av. 6 de Diciembre N25-19 y Colón), tres murales dan la bienvenida a los visitantes: un trío compuesto por criaturas femeninas que se entrelazan unas con otras: pintadas por Budoka; los rostros de un gato con parche en el ojo -imaginado por Billie Black- junto a un hombre; y, finalmente la obra de Vera: Mimi y Bandido que comparten una taza de té.
Todos estos personajes nacen de la mente y de la destreza de estas tres artistas que han desarrollado su profesión en Diseño Gráfico, pintura e ilustración a la par que su arte urbano y la apropiación de espacios públicos.
Las tres artistas comparten la idea de que sus procesos creativos y el resultado que queda finalmente plasmado en los muros es muy diferente al que realizan sus colegas hombres. “Existe una diferencia entre el arte de una mujer y el de un hombre, son energías bastante diferentes que se expresan de maneras artísticamente diferentes”, explica Budoka.
Luis Fernando Auz, director del Colectivo Neural y organizador del Festival de Arte Urbano Detonarte, explica que juntar la estética de estas artistas en una sola exposición es importante ya que responde al crecimiento del trabajo femenino en el arte urbano a nivel mundial; algo que también se puede ver en Ecuador.
Auz espera, además, que la gente se dé cuenta de que los murales de las calles nacen de un proceso de creación. Las paredes empiezan a hablarnos en un idioma universal, gracias a que artistas como Vera, Budoka o Billie Black dejan todo su talento en ello…
En ‘Instintas’ el público puede ver la versatilidad del trabajo de las tres artistas. Algunas piezas están en la línea del diseño y la ilustración, pero también se puede ver su propuesta de arte urbano, en el que han encontrado una forma de libertad, a través del grafitti, stencil o paste (diseños realizados en grandes pliegos de papel y que se pegan en las paredes).
Budoka explica que la primera finalidad del arte urbano es compartir. El hecho de pintar en las calles rompe la brecha que existe entre el espectador y el artista. “Es la comunicación más directa que puede existir”.
Las tres coinciden en que el arte urbano es en esencia efímero, pero al mismo tiempo es un forma de expresión que no muere. Lo pintado deja de ser propiedad del artista y pasa a pertenecer a las personas que lo miran y que lo guardan en su memoria. Los cambios causados por el paso del tiempo, el clima o la intervención de otras personas logran mantener vivo a este arte, es la materia en evolución. “Si yo quisiera tener algo en un museo, de manera estática no estaría haciendo arte urbano, para mí el arte urbano tiene un encanto único y es que está vivo”, explica Vera.
Cada una tiene su estilo, sus personajes y una estética que hace imposible confundir sus obras ubicadas en algún muro.
Las obras de Budoka regresan una y otra vez a las formas del cuerpo de la mujer. Mujeres vivas a través de la voluptuosidad y sinuosidad de sus formas, la fuerza de sus colores y sus miradas penetrantes también la distinguen.
Billie Black, en cambio, pinta rostros. Es su manera de indagar los sentimientos; en sus obras están la felicidad, el enojo o la tristeza. Con el manejo de luces, sombras y estructuras, las obras de Black desentrañan el lenguaje facial para compartir sensaciones.
Para Vera, las mujeres que la rodean, ya sean familiares o amigas, se han convertido en inspiración para realizar su trabajo gráfico. Además de los gatos, que para ella son animales fascinantes que se asemejan mucho en lo sensorial, a la figura femenina.