El escritor peruano Álvaro Vargas Llosa, hijo del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, se defendió hoy de las críticas y del calificativo de “antipatriota” con que lo han atacado en el Perú por escribir en un diario chileno que las posibilidades de ganarle el juicio a Chile son “mímimas”.
Vargas Llosa aseguró que lo que buscó con su artículo fue contrarrestar el “triunfalismo” con que supuestamente se espera en el Perú un fallo favorable en el proceso que desarrolla contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) por la delimitación marítima.
“Lo que no me parece justo es que, si se establece una discusión pública sobre estos temas, la acusación que se me haga es la de falta de patriotismo, a una persona que ha defendido a los inmigrantes peruanos en Chile, que se ha peleado con el señor (Alberto) Van Klaveren (representante de Chile en la CIJ) y que ha pedido a la prensa chilena que publique a escritores nuestros”, sostuvo el coautor de ‘Manual del perfecto idiota latinoamericano’ en la radio RPP.
En la misiva que generó la polémica, Vargas Llosa recogió básicamente los argumentos chilenos, lo que provocó críticas de varios personajes políticos peruanos, entre ellos el ministro del Exterior, Rafael Roncagliolo, y el representante ante la CIJ, Alan Wagner.
Vargas Llosa, conocido por sus ideas liberales y antisocialistas, insistió en que el objetivo era “alertar contra el exceso de triunfalismo” y que las críticas e insultos son bienvenidos si con eso logró su cometido.
“No pongamos el tema del patriotismo en la agenda. Patriotas somos todos. Es una discusión entre patriotas y si de alguien voy a recibir lecciones de patriotismo es de (el futbolista) Paolo Guerrero, no de algunos políticos que me insultan”, agregó.
La CIJ terminó el viernes la fase oral del proceso, en la que ambas partes expusieron argumentos que no variaron demasiado tras cuatro años de intercambio de alegatos por escrito.
El Perú sostiene que los límites marítimos no están trazados y que deben fijarse de acuerdo a los mecanismos del derecho del mar, con una línea equidistante, mientras que Chile sostiene como principal argumento que los límites fueron establecidos y son los vigentes, por los que no hay lugar para cambios. Las dos partes quedaron a la espera del fallo, que se aguarda para mediados de 2013.