Premio Eugenio Espejo.
En 1979, Héctor Cueva era parte de la Concentración Deportiva de Pichincha, pero su vinculación a las actividades físicas daría un giro al involucrarse con el deporte para jóvenes con discapacidad intelectual. Eso pasó hace 32 años, cuando se hizo cargo de Olimpiadas Especiales.
La institución que arrancó con 130 deportistas, en los primeros juegos provinciales, ya suma más de 20 000 atletas mayores de 8 años. Actualmente participan en ocho disciplinas: ciclismo, tenis, fútbol, gimnasia artística y rítmica, natación, pesas y atletismo.
Sobre los logros de la institución, Cueva se refiere al desarrollo de los jóvenes. “He visto cómo vuelven a nacer, ya no son carga para nadie. En su casa toman decisiones y ya no esperan instrucciones, tienen trabajo y entrenan para bajar su tiempo. Son actores de la vida, ciudadanos con derechos y en Olimpiadas Especiales demuestran sus habilidades”.
La creación de 11 escuelas para 1 500 niños es otro servicio de Olimpiadas Especiales, que trabaja con Fuerzas Armadas, Policía Nacional y Yanbal, como auspiciante. Este proyecto se financia con las tarjetas navideñas ‘Pintando un futuro mejor’, que en un inicio eran escogidas por el maestro Oswaldo Guayasamín. Ahora continúan siendo diseñadas por los jóvenes de la organización.
A esta iniciativa se suma la caminata por el Día Mundial del Síndrome de Down, que se efectúa en marzo y se realiza para que la gente conozca a estas personas. “Es bonito ver cómo el país ha cambiado de actitud para los discapacitados”, dice Cueva.
Como anécdota de estos jóvenes recuerda que en China recorrieron una plaza artesanal para adquirir recuerdos. “Cuando nos reunimos les pregunté qué me compraron –a modo de broma– y una me contestó nada, porque ya le entregamos el corazón. Por eso, ellos llegan a ser hijos de uno”.
Casa adentro, el presidente de Olimpiadas Especiales destaca el trabajo en equipo de entrenadores, maestros y voluntarios. “Los entrenadores son verdaderos misioneros del deporte, ellos se encargan de atender a los deportistas en todas sus necesidades y son personas con carisma y calidad humana”. Por eso dedica el Premio Eugenio Espejo a todos los que integran esta organización.