Con las piernas abiertas y la mirada orgullosa, el presidente sudafricano Jacob Zuma protagoniza un lienzo a tamaño real. La obra ‘The Spear’ (‘La lanza’), del artista Brett Murray, muestra al político con la cremallera del pantalón bajada y los genitales al descubierto. El Jefe de Estado se niega a permitirlo.
Su partido, el Congreso Nacional Africano (ANC), interpuso una querella contra el cuadro y la Goodman Gallery de Johannesburgo, donde se expone al Presidente en cueros, en el marco de una muestra. El debate sobre el lienzo, supuestamente difamatorio, domina desde hace semanas la opinión pública y los medios en Sudáfrica.
El jueves se abrió el proceso en la corte superior de South Gauteng, donde la Justicia deberá aclarar cuán lejos puede llegar el arte y hasta dónde alcanzan los límites de la libertad de expresión.
Los abogados del ANC argumentaron en su alegato que el cuadro viola la dignidad humana y la esfera privada de Zuma. Sin embargo, los defensores de la galería sostienen que cada artista tiene derecho a mostrar su opinión y que nadie pretende herir a Zuma.
Centenares de simpatizantes del Presidente se congregaban frente al tribunal. Todos saben que Zuma, miembro de la cultura zulú, es polígamo, tiene cuatro esposas y 20 hijos y defiende abiertamente su estilo de vida. “Las mujeres que tenga es algo personal, hay que respetarlo”, dijo la manifestante Sibongiseni Chauke.
En las pancartas de los manifestantes se leían frases como “No al mal uso de la libertad artística” o “Artista o idiota, ¡pronúnciese, juez!” Las opiniones en el país están divididas.
Uno de los momentos más acalorados del debate tuvo lugar hace unos días, cuando simpatizantes de Zuma atacaron la obra. Dos hombres irrumpieron en la galería y vertieron pintura roja y negra sobre el lienzo.
Numerosos sudafricanos argumentan en comentarios en Internet que el país tiene problemas mucho más importantes en los que Zuma debería concentrarse.