Fleming: en la ópera siempre algo sale mal

La soprano en Suecia. En el 2008 Fleming recibió el premio Polar Music que entrega la corona sueca en Estocolmo. AFP

La soprano en Suecia. En el 2008 Fleming recibió el premio Polar Music que entrega la corona sueca en Estocolmo. AFP

La soprano estadounidense Renée Fleming ha cantado ya más de 50 papeles diferentes en todas partes del mundo. Este sábado interpretó a Desdémona en ‘Otello’, de Verdi, en la Ópera Metropolitana de Nueva York, una actuación que fue retransmitida en directo en más de 60 salas en todo el mundo (entre estas el Teatro Calderón de la Barca, de la Universidad San Francisco de Quito), dentro del programa ‘Live in HD’.

En entrevista, Fleming habla de situaciones apuradas sobre los escenarios y trata de romper los clichés de que las buenas cantantes de ópera tienen que ser gordas.

¿Cómo mantiene todo su repertorio en la cabeza?

La memoria es verdaderamente fascinante. Cuando aprendo algo fascinante en un idioma, que no hablo, como ruso o checo, esas son las cosas que mejor se quedan en mi cabeza. Se quedan para toda la vida impresas en mi subconsciente. Esté donde esté dentro de 40 años, seguramente seguiré cantando para mí una canción rusa.

¿Tiene usted un papel favorito?

Un puñado. Desdémona de ‘Otello’ es seguro uno de ellos. El próximo año cantaré aquí Rosalka. Siempre me encantó. Y en el futuro me quiero concentrar en Richard Strauss, por ejemplo en Arabella.

¿Prefiere usted una ópera escenificada tradicionalmente o una moderna?

En verdad me da igual. Lo importante es que sea de calidad.

Según el cliché, las buenas cantantes de ópera deben tener algunos kilos de más, pero usted no es así.

Ah, eso ha cambiado. Había ese cliché porque había una serie de grandes voces en grandes mujeres. Hoy se presta de nuevo mucha atención a la presencia sobre el escenario.

¿Ha tenido usted alguna vez un verdadero percance sobre el escenario?

¡A menudo! Una se cae o los cabellos se le quedan enganchados en un botón, las pelucas caen o se incendian. Siempre algo sale mal. Una vez se me cayó el vestido, pero por suerte fue durante un ensayo.

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