‘El ciclismo puede esperar. Ahorita vamos a escuchar poesía”. Patricio Bustos, de 24 años, colocó su bicicleta al pie de una de las escalinatas que conducen a la Catedral para escuchar a los poetas y aficionados que ayer, al mediodía, concurrieron a la Plaza Grande, en el Centro Histórico.
En este sitio se realizó la Octava Fiesta de la Poesía que, empezó el 20 de abril y finalizó ayer.
Uno de los primeros en participar en esta cita fue un joven francés. Su poema ‘El hombre que no se llama Tom’ fue recitado en español y en francés.
“La Policía a mí me decía que no podía escuchar poesía; la Policía a mí me decía que no podía escribir poesía…”. Este joven, que se hacía llamar Tolten también recordó a Víctor Hugo con uno de sus poemas.
Unos minutos después, Tania Gómez, alias ‘Samanta’, cantante guayaquileña, declamó su poema Mujer. “Entre fragancias de rosas y perfumes de laurel, es la edad esplendorosa, eres ya una mujer…”. Para Chrystéle Thezé, directora cultural de la Alianza Francesa, una de las instituciones que organizó esta cita, el objetivo es atraer el interés del público por la poesía.
“Cada vez hay más participantes en este encuentro poético que este año lo realizamos en diferentes escenarios, como el trolebús”.
Katia Salvado, funcionaria del Instituto Brasileiro-Equatoriano de Cultura, destacó el entusiasmo de la gente por leer sus poemas en su propio idioma. Algunos en alemán, otros en español, francés, búlgaro, catalán…”.