Un cartel con la imagen del ex presidente Eloy Alfaro da la bienvenida a los estands de ventas de textos en la II Feria Internacional del Libro en Guayaquil. En blanco y negro se observa la imagen del Viejo Luchador, en la cita organizada por el Ministerio de Cultura, en el Centro Cultural Simón Bolívar.
Alfaro es uno de los siete ejes temáticos de la Feria de este año. El historiador Rodolfo Pérez Pimentel contó que su mandato fue importante para la literatura porque se importaron textos, ya que antes “ni libros de anatomía nos dejaban leer”. Aunque agregó, en referencia a los organizadores, que se “debería mirar para adelante y no para atrás”.
Durante la Feria, que culmina hoy, las paredes abarrotadas de libros esperaban la llegada de lectores. “El movimiento en cuanto a público y ventas no ha sido el que se esperaba”, dijo el viernes pasado Rodolfo Salazar, coordinador cultural de Libri Mundi.
Su meta era superar o mantener los resultados del año pasado; pero “aunque vendamos mucho este fin de semana (ayer y hoy) no llegaremos”.
En el estand de Santillana atendía Doménica Mora. La vendedora considera que hizo falta mayor publicidad para captar más clientes. “No he visto anuncios en la Universidad de Guayaquil ni los he escuchado en radios”, contó.
En cambio, Fernando Naranjo, conceptualizador de la Feria, resaltó la visita de centenas de escolares por las mañanas. “Ellos no vinieron a comprar pero esa es una manera de sembrar futuros lectores”, dijo. Rayuela, Mr. Books, Trama, Palabra Lab, La Casa Morada y los Libros más Pequeños del Mundo fueron otras firmas que ocuparon los cubículos gratuitos.
Además de los estands, en la Feria participaron 43 escritores nacionales y 17 extranjeros. Entre las actividades académicas constaron 12 talleres, 18 lanzamientos de libros, 27 charlas, 23 paneles y seis presentaciones de teatro.
Además, en esta edición hubo polémica. Cinco artistas no participaron en la Feria como muestra de su solidaridad con el escritor Fernando Balseca, quien supuestamente fue excluido. “Esto demuestra un centralismo cultural, al final en Quito se define quién participa y quién no”, dijo.
El artista, que además es columnista de diario El Universo, relató que su nombre estaba confirmado hasta el 10 de octubre pasado. Pero funcionarios del Ministerio en Guayaquil viajaron a la capital y luego “me comunicaron que mi nombre no fue aprobado”.
Las faltas afectaron a la agenda del evento. Por ejemplo, una charla magistral sobre la Proyección Internacional del Grupo Guayaquil se redujo a una exposición sobre la vida de José de la Cuadra. Pero Naranjo dijo que no hubo mayores problemas porque “los temas magistrales en su mayoría eran para extranjeros”.