Entrevista a Ángel Justo Estebaranz, organista e historiador del arte
¿Cuál es la situación de la música sacra en la actualidad? ¿Existen nuevas composiciones?
Digamos que la música sacra sigue viva. En la actualidad existen composiciones para ser interpretadas por coros populares de iglesias, al igual que música sacra creada para ser interpretada por músicos profesionales. En mayor medida, hoy se componen bastantes partituras para órgano que forman parte de la liturgia.
¿Hay continuidad en la manera de escribir música sacra a pesar del momento religioso que se vive ahora?
El hecho religioso habrá afectado a los fieles pero a los músicos de iglesia no. Desde siempre, los organistas litúrgicos se ha caracterizado por mantener un estilo barroco y romántico en sus obras para expresar esa relación entre Dios y el hombre.
¿Cuál es le papel del organista en la actualidad?
En las grandes ciudades europeas todavía existen grandes escuelas de órgano. Y es que ahí hay una tradición formativa mucho más asentada. Se sabe que en el Ecuador también hubo, ejemplo de ello es el P. Mola, pero con más presencia a finales del siglo XIX.
¿Por qué en América Latina el piano ganó terreno frente al órgano?
Porque el piano permite un repertorio mucho más amplio. Además, este instrumento puede estar ubicado en cualquier lugar mientras que el órgano, por sus dimensiones, necesita de locaciones especiales.
De su experiencia, ¿cuál es la situación de los órganos en América Latina?
Hay, en determinados países, grandes planes de restauración y protección de estos instrumentos. México lleva la delantera por su trabajo en los órganos de Oaxaca. Sin embargo, creo que falta mayor formación de músicos que puedan interpretar y mantener un órgano, porque este instrumento es muy delicado. No solo hay que mantenerlo en buen estado de conservación sino que hay que saber tocarlo porque si no se lo hace bien, entonces se desafina y eso puede costar meses de reparación.
Bach, Beethoven, Haydn son los referentes clásicos de la música sacra, ¿quiénes son los actuales?
En el siglo XIX se mantuvo una tradición con figuras como Messiaen, Marcel Dupré, Max Reger. La necesidad de un cambio de repertorio hizo que comiencen a surgir compositores que adecuaron sus música a lo requerimientos sociales. Entonces encontramos un ‘motu propio’ que vio la luz a comienzo de siglo y que habló de la necesidad de adecuar al música a unas características más cercanas más al canto gregoriano y no tanto a la ópera italiana.