La nacionalidad Épera ha empezado a mostrar sus artesanías en distintos encuentros culturales de la zona. Foto: Marcel Bonilla / EL COMERCIO.
Cuatro culturas que conviven en los ríos del norte de la provincia de Esmeraldas (cantón Eloy Alfaro) buscan mantener intactas sus costumbres después de muchas generaciones.
Los afros, éperas, chachis y awá han aprendido a convivir compartiendo un mismo territorio en las cabeceras de los ríos Cayapas y Ónzole. Es así que utilizan instrumentos como la marimba, bombo y tambor para dar vida a sus celebraciones.
Adelmito Añapa, de la comunidad Chachi de Atahualpa, en el río Cayapas, dice que afros y chachis aprendieron a relacionarse hasta en la cultura y comparten su idioma con ellos, en escuelas bilingües de la zona. Es por ello que realizan actividades parecidas como la labranza de canoas, elaboración de marimbas, pesca de sabaletas en el río, cultivo del plátano y la crianza de animales de corral.
“A diferencia de los afros que comen el pescado hecho tapa’o, nosotros lo degustamos asado, en panda en hojas blanca y bebemos champú hecho con maíz. Esas costumbres son las que buscamos mantener en nuestros pueblos y hacerlas conocer a los demás”, asegura.
Durante este año, y con la colaboración de organizaciones privadas y la Prefectura de Esmeraldas, se ha querido dar mayor valor a la conservación de la cultura ancestral mediante actos culturales que integren a las culturas de la zona.
Tres de esos episodios se han cumplido en noviembre, el mes de la ciencia, el arte y la cultura, por celebrarse 168 años de provincialización de Esmeraldas (el 20 de noviembre).
Uno de los actos fue el homenaje a José Nazareno Mina ‘Don Naza’, unas de las voces privilegiadas del canto afro, quien a sus 94 años volvió a cantar su tema Yo soy el hombre. Lo hizo desde una silla y sosteniendo su bastón.
Otra de las actividades realizadas por estas festividades fue el primer encuentro de profesores de Ciencias Sociales que promovió el conocimiento de las culturas ancestrales de las poblaciones indígenas y negras del norte.
El Encuentro de las etnias Épera, Chachi y Awá, realizado el 19 de noviembre en el salón Tácito Ortiz de Esmeraldas, permitió conocer las habilidades de las mujeres éperas para tejer, elaborar artesanías y bailar con marimba y el tambor.
El festival Afropacífico, que reunió a más de 10 agrupaciones de danza y canto por el mes de los afroecuatorianos (octubre), mostró la historia del pueblo afroesmeraldeño representado en el baile y el cantón a través de más de 100 folcloristas.
Para el antropólogo Xavier Vera, promotor del encuentro de profesores de Ciencias Sociales, la revalorización de la cultura de los pueblos originarios de Esmeraldas ha ido cambiando desde hace dos décadas. Él mira que ahora se los toma más en cuenta para que muestren su gastronomía, su arte y se promueva el turismo cultural en la región.
“Hoy se habla más de las nacionalidades, de su lengua, su cultura, formas de vida en las escuelas de arte y cultura en Esmeraldas, encargadas de hacer conocer más del patrimonio cultural”, explica Vera.
Sin embargo, cree que se debe profundizar en el conocimiento de la ancestralidad de poblaciones como la Épera y Awá, las cuales han tenido poca apertura para dar a conocer la riqueza de sus tradiciones.
Carmen Chiripita, representante de la nacionalidad Épera, dice que hace falta mayor participación en encuentros culturales para difundir más sus saberes. “En eso el pueblo afro nos lleva ventajas porque ha logrado trascender con su marimba”, señala.
Desde la Corporación Casa de la Marimba, que se inaugurará el 27 de noviembre, se trabaja en un proyecto macro que involucre a las etnias del norte de la provincia de Esmeraldas, según Manuel Mosquera, presidente de la organización. Este lugar pretende convertirse en un faro para dar a conocer a las culturas de la zona y, al mismo tiempo, poder exportar sus conocimientos más allá de los límites provinciales. De este modo, sus saberes se mantendrán vivos en la actualidad.