Con el inicio de un nuevo año también se reactiva el apetito de un público en búsqueda de propuestas culturales novedosas. Sea en la literatura, las artes plásticas, la música o el teatro, lo que importa es que cada trabajo impacte a los sentidos y lleve a su espectador a intensos momentos de reflexión.
Pero antes de conocer la agenda oficial de la escena cultural en el 2014, vale un repaso por todos aquellos espacios que, consagrados gracias a su espíritu independiente, serán sede de diferentes expresiones artísticas de nacionales y extranjeros.
Quito, Guayaquil, Cuenca, Santo Domingo y Manta son los puntos geográficos de los cuales se han extraído estos lugares en los que la cultura se masifica, aunque su público sea reducido. Una selección en la que se encuentran, por ejemplo, el escenario del Prohibido Centro Cultural o las salas de exposición del No Lugar.
En este recuento por las cinco ciudades no se podían dejar de lado las propuestas culturales que llegan desde colectivos que comienzan a abrirse paso entre los ecuatorianos. Sin la posibilidad de tener pomposas sedes para dar a conocer su labor, sino más bien transitando por distintas salas del país, estos proyectos se encuentran replanteando las ideas tradicionales sobre el arte. Para ellos, ingenio y creatividad son, muchas de las veces, dos parámetros difíciles de conceptualizar.
Las opciones de la ciudad porteña
Música, arte contemporáneo, literatura, cine…La actividad cultural guayaquileña incluye en la actualidad un gran abanico de opciones en las que, por encima de todo, se busca incentivar la capacidad creadora en diferentes ramas del conocimiento.
El grupo cultural Buseta de Papel es un claro ejemplo de esto. Por 11 años ellos han llevado a cabo actividades literarias que incluyen el Festival Internacional de Poesía Ileana Espinel Cedeño.
En el mismo ámbito de las letras se encuentra Palabra.lab, organizador del encuentro sobre micronarrativa Ciudad Mínima. Ellos, además, forman parte de la industria de los cartoneros.
En cuanto a las artes, NoMínimo viene realizando una intensa gestión en su afán de dar a conocer a los nuevos artistas de la ciudad. Recientemente hizo el lanzamiento del Premio El Batán, destinado a visibilizar líneas actuales de trabajo como pintura, escultura, grabado, dibujo, video, instalación, objeto y performance.
En cuanto a la apertura de espacios para la difusión cultural, Tinta Café abrió sus puertas para actividades como proyección de filmes franceses y alemanes, tertulias literarias y charlas sobre ópera.
Seis lugares alternativos azuayos
En el Centro Histórico de Cuenca existen seis espacios alternativos para la cultura. Por ejemplo, en la calle Borrero y Presidente Córdova desde el 2009 se abrieron las puertas del Centro Cultural Sono. Bolívar Ávila, tras regresar de una especialización en España sobre música, abrió este espacio, lugar en el que se dictan clases de guitarra, batería, piano, entre otros instrumentos.
A siete cuadras de Sono se encuentra Cas Jú. Desde el 2011 funciona como un lugar para desarrollar laboratorios de teatro, que son realizados por artistas de la ciudad y otros invitados.
En el Centro Histórico también está la Casa Paredes. En la planta baja existe un espacio para el teatro denominado El Barranco Quinto Río. Allí, todas las semanas se presentan obras de teatro de grupos locales.
Entre los espacios pioneros en la capital azuaya que se destinan a las artes está el Centro Cultural El Prohibido, ubicado en la calle Condamine y Juan Montalvo.
En estos dos últimos años los espacios alternativos que se abrieron fueron el Ciclo Cine Café, sitio que ofrece una sala de cine para 25 espectadores y exposiciones de arte, y República del Sur, que durante todas las semanas tiene una agenda de eventos variada que incluye jazz, danza, tango, teatro, exposiciones y música.
Arte urbano contemporáneo
El arte urbano es uno de los motores que impulsa a un grupo de jóvenes de Santo Domingo. Reconociéndose a través del propio nombre de su ciudad, ellos se han hecho llamar Santo Domingo Crew. Se mueven entre el baile, la música y el grafiti.
Hace 12 años irrumpieron en la escena local y es de los contados espacios culturales independientes que tiene la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas.
José Quiñónez, quien está al frente de la agrupación, recuerda se creó con la intención de juntar y organizar a los jóvenes que estaban creando aisladamente.
Ha sido un espacio para encontrarse entre pares. Amantes del hip hop, del rap, de lo urbano; “de todo el que piensa diferente”, señala Quiñónez. “No ha sido fácil porque aún existe el prejuicio de que somos pandilleros”. De hecho su arte, precisamente, expresa la vida que han tenido que enfrentar, por no alinearse con los estándares culturales tradicionales.
Su influencia ha hecho que ya sean 60 los involucrados en el colectivo. Incluso autoridades y ciudadanía les han cedido espacios
(paredes) para que plasmen sus grafitis. Se pueden ver en cerramientos de escuelas, colegios, barrios y en el centro de la ciudad.
El reto del 2014 es llegar a los barrios con talleres de arte urbano e involucrar a más jóvenes.
Cinrecreo, el festival de la juventud
Dar el espacio que necesitaba la juventud para exponer sus habilidades en el campo del video fue lo que motivó a Carlos Quinto y Gloria Leyton Catagua a crear el festival de cortometrajes Cinrecreo. Estos actores manabitas le pusieron fe a la creatividad de los estudiantes secundarios y emprendieron el proyecto que empezó hace cuatro años.
Cinrecreo empezó con 20 cortometrajes y con la participación de similar número de colegios de Manta y Manabí. “Los chicos realizaban sus producciones con la ayuda de teléfonos inteligentes, algunos alquilaban cámaras de video y otros los tenían más recursos, hasta contrataban a expertos para que los guiaran”, dice Quinto. Al principio las producciones artesanales de cortos tenían un argumento fuerte y hasta violento, después fueron mejorando, reseñó Leyton. Al segundo festival llegaron 16 cortos, el tercero 16 y el cuarto 15, pero esta vez con la participación de estudiantes de cinco provincias.
El despertar del cine y otras expresiones culturales tiene una matriz. Según Nixon García, director del festival de Teatro Internacional de Manta, todo nace con la formación del grupo de teatro La Trinchera, en Manta, hace 31 años. Quienes formaron parte de esta agrupación abrieron espacios como el festival Un cerro de cuentos, liderado por Raymundo Zambrano; o el festival de cine Manabí Profundo, que tiene al frente a Carlos Valencia.
Expresiones artísticas capitalinas
Los artistas desvinculados de las instituciones mayores de la ciudad cuentan ya con más de un refugio: espacios que le brindan al espectro cultural local una variedad mayor y amplitud de alternativas.
La lista empieza con No Lugar, una plataforma de arte contemporáneo activa desde 2010, ubicada en la García Moreno N9-87 y Oriente. No Lugar ha trabajado con alrededor de 90 actores culturales provenientes de Latinoamérica y Europa, y ofrece gestión de proyectos y exhibiciones, asistencia curatorial e incluso hospedaje para artistas que están de paso.
Asimismo, el Centro Cultural Rompe Candados (av. Mariscal Sucre y Luis López, en Chillogallo) ofrece a los chicos locales y al público en general talleres de danza, malabares, stencil y música, así como de teatro callejero e infantil.
En la misma línea de enseñanza, gestión y promoción se mantienen colectivos como La Multinacional (José Luis Tamayo 1158 y Cordero), La Selecta (www.laselecta.org), y Tranvía Cero (www.facebook.com/tranvia.cero), este último integrado por egresados de las Facultad de Artes de la Universidad Central, el Instituto de Artes Visuales de Quito y autodidactas, activo desde el 2002.
La Emancipada (www.artemujeresecuador.org/la-emancipada), conformado en el 2009 por Ibeth Lara, Tania Lombeida y Pamela Pazmiño, se plantea como una alternativa frente a las representaciones de lo femenino.