Son realmente grandes y están parados sobre los hombros de un gigante. Se trata de la compañía formada por el alemán Wolfram von Bodecker y francés Alexander Neander, quienes se subieron al tren del mimo, desde la estación de Marcel Marceau. Desaparecido su maestro, asumieron la herencia y continuaron recorriendo el mundo, alegrando a la gente y haciendo más grande a este arte de silencio.
Ahora llegan a Quito, aunque ya estuvieron por acá cuando Marceau paró en el Teatro Sucre durante su gira del 2004. Entonces, presentaban a su maestro antes de que ingresara a escena y así le abrían el telón a Bip (personaje ícono de Marceau). Pero esta vez vienen con la que cronológicamente es su ópera prima: ‘¡Silencio!’; con dos funciones, mañana, en el Teatro Nacional de la CCE.
Se trata de una obra con la cual Bodecker y Neander rinden un homenaje a su maestro; en ese sentido, buscan captar la esencia de su inmensidad. Desde un hotel en Berlín, Alexander Neander acepta una llamada telefónica y comenta que ‘¡Silencio!’ es como un espejo de la vida, pues la gente se identifica con los personajes y se introduce en las historias para sentirlas. Además, apunta que en la mente de quien vio a Marceau llega a revivirse la atmósfera de los momentos emocionales y cómicos de sus secuencias.
Es que ellos, Alexander y Wolfram, se volcaron por entero en el mundo del mimo. El primero se enamoró de este arte, cuando a los 9 años vio un show de Marceau; algo similar sucedió con el segundo. Ambos se formaron en la École Internationale de Mimodrame Marcel Marceau y al salir de allí se unieron a su compañía. Durante 20 años estuvieron junto al maestro, dentro y fuera del escenario. Luego se dieron a nuevas y propias aventuras en el mundo del gesto y del silencio.
Es decir, Bodecker y Neander partieron de las lecciones del maestro Marceau, que es también partir de las enseñanzas de Etiènne Decroux, quien sistematizó el arte del mimo, y asumir lo hecho por Lecoq, Dullin y otros teatristas franceses. Y en su andadura también es importante la marca de Charles Chaplin, objeto de la admiración de Marceau.
Saberse reconocidos y promocionados como los herederos de Marcel Marceau -dice Neander- les significa un gran privilegio, más que nada porque les permite dar continuidad al arte del mimo, que el maestro francés desarrolló durante más de 50 años.
En un embate de modestia, dentro de la conversación telefónica Neander apunta: “Yo pienso que ninguna persona tendrá la posibilidad de hacer las mismas cosas que hizo el ‘maître’ Marceau, o como las hizo Chaplin”. Con ese precepto y con las enseñanzas adquiridas, Alexander y Wolfram desarrollaron también un estilo propio, un estilo comunicado con las posibilidades del mundo actual y que les ha permitido tocar al público a través del silencio, del cuerpo y de las emociones. “Mostramos que el mimo es un arte de nuestra época, aunque siempre carga un aire nostálgico”.
Además de sus espectáculos de teatro visual, los dos mimos han desarrollado una serie de conciertos visuales junto a prestigiosas orquestas del mundo.
Respecto de otras artes escénicas, Neander señala que el teatro, la ópera y la danza están más claras en la cabeza de la gente, pero que el mimo resulta un poco más difícil; tanto porque hay muy pocos espectáculos buenos de mimo, como porque se lo suele confundir con la pantomima (imitar, cambiar palabras por gestos). Y añade, que en un mundo con espectáculos llenos de acción y ruido, el mimo sería más comparable con la música clásica.
Sin embargo, en este mundo ruidoso y vertiginoso, Neander ve al mimo como la entrada a un espacio de silencios y de poética, un vivero de la imaginación. “El mimo es un arte que cuenta tantas cosas profundas y que tiene unas posibilidades increíbles, que no se pueden expresar con la palabra y la voz”, dice el actor.
En ‘¡Silencio!’, la composición visual y la gramática gestual se combinan en un universo surreal, donde el humor traza el camino para sortear las aventuras de los dos personajes. El teatro de objetos y el mimodrama también hallan espacio en ese universo.
Los 11 números que forman parte de este espectáculo permitirán explorar el alma humana, imaginar otros planetas, pensar el mundo moderno… pues en la sensibilidad y en el delirio, en la comedia y en el juego, en la poesía y en la irreverencia, Bodecker & Neander hacen su arte, y el arte hace su parte en el público.
De las funciones
Las presentaciones de Bodecker & Neander serán mañana, en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura. Las funciones serán a las 17:00 y 20:00.
El costo de las localidades es: Butaca, USD 75; Platea, USD 65; Luneta baja, USD 45; y Luneta alta USD 33. A la venta en Musicalísimo.
Los 11 números de ‘¡Silencio!’ son : Música bajo la lluvia, Popcorn, Marcianos, Orquesta, David y Goliath, El Cafetín, Dedos largos, Las cuatro estaciones de Antonio, Manos, Momentos de cine y El taller de Marcel Marceau.