La enfermedad de Gabriel García Márquez impacta en Colombia

El reconocido escritor Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura en 1982. Imagen captada el 26 de marzo de 2007, durante el IV Congreso Internacional de la Lengua Española. Foto: Archivo / AFP

El reconocido escritor Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura en 1982. Imagen captada el 26 de marzo de 2007, durante el IV Congreso Internacional de la Lengua Española. Foto: Archivo / AFP

“Lo que hay que hacer con Gabo ahora no es lamentarlo, sino animarlo y celebrarlo leyendo sus libros. Lo mejor, es volver a su obra, que es memorable”.

Así sintetiza Alberto Salcedo Ramos las reacciones en Colombia y fuera de este país alrededor de la confirmación de que Gabriel García Márquez padece demencia senil y que, por lo tanto, ha dejado su pluma para siempre en el tintero.

La revelación que en ese sentido hiciera Jaime García, hermano del Premio Nobel de Literatura de 1982, ha impactado.

El  escritor y catedrático de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), Salcedo Ramos, sostiene que García Márquez “nos ha dado un ejemplo de dignidad y de amor por la palabra”. E invita a leer o leer las que considera tres obras maestras del escritor nacido en Aracataca, el 6 de marzo de 1927.

‘Cien años de soledad’, ‘El otoño del patriarca’, y ‘La increíble historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada’.

Óscar Collazos anota a este Diario que también está convencido de que, a causa de la  enfermedad que taladra la memoria del autor de ‘Crónicas de una muerte anunciada’, “perdemos a uno de los grandes escritores de la lengua española de todos los tiempos”.

Desde Cartagena de Indias, el literato y columnista de opinión sitúa en el 2007 el término de la carrera literaria de Gabo. En ese año, en el homenaje que le rindió en la Ciudad Amurallada por sus 80 años y por las cuatro décadas de ‘Cien años de soledad’, recuerda, ya se evidenció el deterioro del creador del mundo mágico de Macondo. “En ese entonces, ya se sabía que quizá no escribiría más. De tal modo que, ‘Memorias de mis putas tristes’, que se publicó en el 2004, fue el último de sus libros”.

En la misma línea de Collazos, el escritor peruano Alfredo Bryce Echenique confiesa que fue testigo de la enfermedad de García Márquez y que se siente “muy triste” por verlo así.

En una declaración que reproduce el diario colombiano El Tiempo, el autor de ‘Un mundo para Julius’, describe una faceta del mal que azota a su colega.

“Yo estuve en casa de Gabo en Cartagena de Indias, y era muy triste. Había días en que estaba perfecto. Y al día siguiente te llamaba ‘Carlos’, te cambiaba el nombre...Se había ido por días y volvía por días”.

En cambio, Juan David Correa descubre una suerte de coincidencia desafortunada entre la revelación de la enfermedad del Gabo y la recordación de los 50 años de la muerte de William Faulkner. “García Márquez ha sido el heredero del escritor estadounidense”, señala.

Al igual que Salcedo Ramos, el crítico literario y periodista colombiano resalta el legado literario y la obra monumental del Nobel de 1982. “Los escritores cumplen su ciclo y lo que va a quedar de ellos son sus libros. Gabo nos deja una obra que habla por sí sola y que va a perdurar en el tiempo”.

Correa, en ese sentido, destaca un proyecto que, según conoce, afina la editorial Norma, para sacar una colección a bajo precio con todos los libros del maestro colombiano.

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