La actividad teatral ha sido siempre producto del trabajo de quienes, mediante su sensibilidad y su talento, representan para el público las cuestiones más profundas, pero también las más patéticas, las más contradictorias y las más complejas de la vida.
Ese teatro vive en lo más hondo de la sociedad, ocultado por una manta de espectáculos prometedores, intensos, exitosos, producidos en serie y cuyo objetivo único es el consumo.
Pero la cultura se forma donde todavía hay espacio para el diálogo, donde existen profundos cuestionamientos y se comprende que no es un producto de compra y venta.
Es por eso que un grupo de hermanos se reúnen en la ciudad de Quito durante esta semana, para compartir experiencias y “aportar a la ciudad un teatro de calidad”, como señala Patricio Vallejo, gestor principal del encuentro.
Deambulantes, de Colombia; Teatro Rodante, de México; Teatro del Cronopio y Contraelviento Teatro, de Ecuador, se mantendrán en pie y realizarán presentaciones y talleres hasta el próximo domingo, en el Teatro Variedades, Contraelviento Teatro, Teatro de la Rana Sabia y en la Sala Mariana de Jesús. Allí se presenta esta noche ‘Alicia ya no está’, del Cronopio, a las 20:00.