Diego Rivera, Frida Kahlo, Antonin Artaud, Manuel Álvarez Bravo, André Breton…. ¿Qué tienen en común estos artistas? La influencia que el zapatismo tuvo en su arte. Hoy, hace 95 años, el hombre que dio vida a esa corriente revolucionaria, Emiliano Zapata, moría en una celada tendida por gente de su propio bando.
Entre 1910 y 1920, tras la revolución zapatista, en palabras del historiador Salvador Rueda Smithers, “cambió todo en México. Nada continuó sin transformación”.
El arte también se contagió de los nuevos tiempos. Si hasta 1910, el arte estaba enmarcado en los gustos del sector ‘aristocrático’. Como decía el pintor francés Jean Charlot “a los ricos (mexicanos) les encantaban las estatuillas del alabastro, los pianos Luis XV y los teléfonos Luis XVI”. Después de la revolución zapatista, el panorama artístico mexicano cambió drásticamente. Y si se puede fijar un período de tiempo, este cambio se sitúa entre los años 1920 y 1940.
El ‘boom’ mexicanista
La muerte de Emiliano Zapata el 10 de abril de 1919 lo convirtió en una figura mítica. Es más, Rueda Smithers lo compara con el Heracles o el Dionisio griego. “El hombre y sus actitudes se volvieron simbólicas”, dice Rueda; y ese peso simbólico de su figura empieza a tomar fuerza, en gran medida, gracias a los medios impresos de la época.
Un ejemplo de esto son los grabados de José Guadalupe Posada, quien convirtió una fotografía de Zapata, capturada por el alemán Hugo Brehme, en grabados para acompañar noticias sobre el revolucionario personaje.
El mismo retrato en blanco y negro de Brehme fue utilizado por Diego Rivera en un fresco, esta vez dándole color al atuendo del guerrillero. Rivera también es el autor del óleo Paisaje zapatista – El guerrillero y del mural Historia del estado de Morelos, Conquista y Revolución, una obra gigantesca que repasa lo sucedido en la era zapatista.
La fotografía y el cine no fueron la excepción en esta influencia. Cineastas como el español Buñuel o el ruso Eisenstein se mudaron a México en busca de inspiración, que les sirvió para filmar películas como ‘Los olvidados’ o ‘¡Que viva México!’ La fotografía tuvo como su mayor representante a Manuel Álvarez Bravo, a quien André Breton catalogó como uno de los pioneros de la fotografía surrealista. Pero Breton fue cuestionado por Kahlo o el mismo Álvarez, para quienes el francés percibía la realidad mexicana equivocadamente como surrealista.
Se puede decir que la influencia de Zapata marcó un antes y un después en el arte mexicano y latinoamericano. Como afirma Adrian Locke en su libro ‘México: la revolución del arte’: “La revolución mexicana fue muchas cosas: compleja, interminable, fragmentada, brutal y destructiva… pero surgió un nuevo tipo de arte, visceral, de estilo periodístico”.