‘La luz desciende sobre una habitación amplia, llena de trastos viejos. Entre estos podemos distinguir algunas valijas, un ropero, un baúl y un par de bicicletas de mujer. En el fondo hay un árbol de ciruelo en flor…”.
Esta didascalia define la primera imagen y da paso a la acción y al parlamento que mañana insuflarán nueva vida a ‘La edad de la ciruela’. La pieza teatral escrita por Arístides Vargas será remontada por cuatro funciones en la sala Mariana de Jesús; ahora, con la actuación de Rossana Iturralde y Cristina Morrison.
Quince años es la edad de ‘La edad de la ciruela’. Pero resulta fútil hablar de años. Siendo el teatro un mecanismo, que en lo simultáneo de su representación, anula el paso del tiempo, resulta maravilloso que esta obra juegue con fragmentaciones y pausas. En ella, la memoria se hermana con un universo femenino. Nueve mujeres encerradas en una casa. Nueve mujeres brotando, madurando y cayendo, siendo y sintiendo a pesar del paso del tiempo.
“¿Por qué no?”, responde Rossana ante el cuestionamiento sobre el remontaje de esta obra, a la que está atada desde su estreno. Luego ensaya otra respuesta: es una obra humanamente vigente y es parte de su repertorio. “La obra nació de mi vida interior y la considero más allá del rollo artístico”.
Cada vez que la hace, la actriz entra en una crisis emocional y se conecta con la vida de una manera intensa. Además, hace lo imposible por permitirse que los personajes le asombren. Confiesa que la relación con esas mujeres también ha madurado.
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La autodirección implicó dificultad para Rossana. Lo ideal –dice – sería que alguien la dirija, que mire desde fuera. Reconoce que no tiene la verdad absoluta y que siempre pende un porcentaje de inseguridad; pero, ya en el trabajo, aprecia el avance o los problemas en las otras actrices y, así, comprende también su nivel y sus carencias. Rossana se permite refrescar reacciones ante las distintas propuestas de cada actriz que entra al proyecto.
Lissette Cabrera, Pilar Aranda, Maia Koulieva, Valentina Pacheco han acompañado a Iturralde en las temporadas de ‘La edad d e la ciruela’. Esta vez, lo hace Cristina Morrison, a quien esta obra le agarró desde la primera vez que la vio. “Si alguna vez necesitas una actriz para esta obra me avisas”, recuerda que le dijo, en el 96.
En el camino hasta la interpretación caben dos vías: la cercanía o la distancia para con el personaje. En ‘La edad de la ciruela’, Cristina se identificó con las mujeres y el espacio (la casa), por provenir de una familia matriarcal. También halló experiencias compartidas y enfrentamientos emocionales; de los ensayos -cuenta- salía conmovida. A propósito de la obra reflexiona sobre el paso del tiempo y concluye que es la aventura de convertirse en mujer, la madurez y las edades, la pregunta de ¿quién realmente soy? y el reconocerse. En ese proceso también cabe la nostalgia, ya por lo que dejó de ser o lo que no pudo ser, por las cosas lindas que ahora habitan en el recuerdo.
Esta puesta en escena responde al montaje original del autor, un montaje acorde a las psicologías de los personajes y sus territorios sobre el escenario, territorios que caracterizan a esas mujeres y que establecen las pautas de las luchas de poder.
Aunque para hablar de ‘La edad de la ciruela’ habría que empezar por la belleza de su texto. La escritura de Arístides Vargas esta hecha de poesía, con una presencia exquisita de símbolos, un ritmo dado por lo cotidiano de su lenguaje y unas imágenes que se crecen en la representación escénica. Cabe además mencionar ese tono entre terrenal y celestial que describe a la desfachatez y a la inocencia con que se escribe la memoria. Morrison confía que “El texto está espléndidamente escrito, pues por su poética te llega emocionalmente”.
Las funciones
‘La edad de la ciruela’ se presenta en la sala Mariana de Jesús de la CCE. Desde mañana hasta el sábado, a las 20:00, y el domingo, a las 18:00.
El costo de las entradas es de USD 7 y 5.
Alrededor de nueve meses tomaron los preparativos antes de la temporada.
Se prevé que la pieza viaje a festivales internacionales, el primero de ellos en México.
Iturralde interpreta a Celina, Jacinta, Victoria, Blanquita, Adriática y Gumersinda. Morrison a: Eleonora, Francisca, María y Adriática.