El Pierre Boulez Concert Hall, basado en un diseño de Frank Gehry, en la Academia Barenboim-Said en Berlín. En el lugar se llevará a cabo el proyecto musical del pianista Daniel Barenboim. Foto: AFP
El pianista y director argentino-israel Daniel Barenboim presentó este viernes 8 de julio de 2016 en Berlín una academia que acogerá en la capital alemana a estudiantes de música de Israel y de Oriente Medio y que forma un nuevo capítulo de su proyecto de hacer un aporte a la reconciliación a través del arte.
Ese proyecto tiene una historia ya de décadas con el trabajo de la orquesta Divan Oriental-Occidental, fundada por Barenboim y por el fallecido crítico literario palestino Edward Said y que reúne a músicos árabes e israelíes.
“Veo que la paz no se consigue y es como cuando uno está enfermo y toma una medicina que no le sirve pues hay que cambiar la medicina”, dijo Barenboim, que recordó que la ocupación lleva 50 años sin que se haya logrado nada bueno para ninguna de las dos partes.
La idea, según Barenboim, debe ser lograr que al menos la gente joven se convenza de que no hay solución militar y de que “estamos maldecidos o bendecidos a vivir los unos al lado de los otros”.
En ello, la academia, que llevará el nombre Barenboim-Said, podrá hacer un aporte. Mientras la orquesta funciona con músicos maduros y ya formados, ahora se trata de trabajar con músicos jóvenes y en formación a los que se les dará un espacio de diálogo y convivencia.
“A través del intercambio permanente los estudiantes aprenderán que deben empezar por oirse los unos a los otros para desarrollar sus ideas“, dijo Barenboim.
La academia acogerá estudiantes de Israel y de Oriente Medio y tendrá un programa académico en el que se combinará la formación musical propiamente dicha con una formación humanística.
Con lo primero abrirán espacios para el diálogo. Con lo segundo, se enfrenta un problema que Barenboim ve en la formación musical habitual y que es un exceso de especialización.
“La formación de los músicos suele ser muy unilateral. Ni siquiera se trata de una formación musical profunda, para no hablar de otras áreas sino tan sólo de un adiestramiento en un instrumento específico”, dijo Barenboim durante la presentación de la academia.
Con ello, según Barenboim, se forman especialistas que son, según una frase Edward Said, gente “que sabe cada vez más de cada vez menos” y eso es algo que no puede ser la meta de la academia.
“No sólo queremos formar músicos maravillosos sino gente curiosa y reflexiva que participe en los procesos sociales”, dijo Barenboim.
La sede de la academia estará un nuevo edificio, construido a partir de la remodelación del antiguo depósito de la Staatoper de Berlín, cuyo director musical es el propio Barenboim.
En otoño próximo se empezará con el trabajo docente, con 30 estudiantes, y se espera que para el semestre de invierno 2018/2019 se utilicen todas las capacidades con entre 80 y 90 estudiantes, seleccionados a través de audiciones que se hacen en diversos países.
El ministerio de Exteriores alemán participará en un programa para financiación de becas para estudiantes.
Durante la presentación Barenboim admitió que la sede natural de la academia sería algún lugar de Oriente Medio y lamentó que eso no sea posible y agradeció que en Berlín haya encontrado el apoyo necesario para impulsar el proyecto.
El primer director de la academia será Michael Naumann, exministro de Cultura y exdirector del semanario Die Zeit, mientras que la decana responsable de la formación musical será la compositora y musicóloga Mena Mark Hanna y a cargo de organizar la formación humanística estará la filósofa Roni Mann.
La joya arquitectónica de la academia será la Sala de Conciertos Pierre Boulez, diseñada por el arquitecto estadounidense Frank Gehry, que se deberá inaugurar el 4 de marzo de 2017.
El coste de la construcción de la academia ha sido de USD 37,3 millones de dólares de los cuales 22,1 fueron aportados por el gobierno alemán y el resto por diversas fundaciones y donante privados.
“Se trata de donantes privados que no quieren ser mencionados pero voy a cometer una indiscreción. El presidente italiano Giorgio Napolitano puso a disposición de la academia un premio israelí de 1 millón de euros que le otorgaron”, dijo Naumann durante la presentación.