En el número 27 del callejón Félix Cuevas, en el sur de la capital mexicana, el español Luis Buñuel dio rienda suelta a su gran creatividad, agasajó a sus amigos y compartió la vida con su mujer e hijos.
El cineasta, uno de los más emblemáticos de todos los tiempos, compró en 1952 está casa de dos plantas y ladrillo, ahora transformada en un centro cultural cinematográfico que gestionará instituciones de México y España.
Allí“encontró un lugar para criar a su familia, hacer cine, contar historias y ampliar un poco más ese mundo tan personal”, dijo la ministra de Cultura de España, Ángeles González Sinde, al inaugurar el recinto.
El realizador aragonés llegó en 1946 a México desde Estados Unidos como proscrito del régimen del general Francisco Franco. En su país de acogida murió en 1983, mucho después de haber adoptado la nacionalidad de la tierra en la que creó gran parte de sus obras con absoluta libertad.
La Casa Buñuel fue diseñada por el arquitecto español Arturo Sáenz y vendida en agosto de 2010 por la familia del realizador al Gobierno ibérico, por más de 400 000 euros.
El hogar del genio de Calanda abre sus puertas para que el público conozca más sobre él. Incluso se ha recuperado el piano que Buñuel vendió a unos amigos porque una pérdida parcial del oído provocaba que el sonido le diera dolor de cabeza.
El espacio además exhibe por primera vez la muestra “Viridana. 50”, una serie de objetos como videos, fotogramas, carteles, proyecciones y documentos que narran la historia de su más polémico y emblemático filme, que ganó la Palma de Oro.