Los presidentes de Colombia Juan Manuel Santos, y de Ecuador Rafael Correa dejaron ayer en evidencia la mejoría de las relaciones entre los dos países. Además, mostraron que de manera sostenida dejan atrás los resquemores causados por el ataque a Angostura.
Ambos participaron al mediodía en la inauguración de la XXIV Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILB). La ceremonia estuvo cargada de gestos de uno y de otro lados. Los cerca de 800 asistentes al auditorio José Asunción Silva descubrieron a un Correa inusualmente jovial, que incluso cantó el himno colombiano y fue ovacionado.
El gesto fue imitado por Santos y la mesa directiva, quienes entonaron -con papel en mano- la canción patria ecuatoriana.
“Hemos venido a quedarnos para siempre en el corazón de Colombia, ahora que vamos a avanzar en todos los frentes venciendo las dificultades”, señaló Correa en la apertura de la FILB, que tiene a Ecuador como invitado de honor y que, por lo tanto, ocupa el pabellón más grande.
El estand, de 3 000 m², es vitrina de las letras, la música, la danza y la gastronomía nacional.
Correa recordó que “en esta oportunidad no solo vengo como Mandatario, sino que estaré aquí como escritor, junto con algunos ministros del Gabinete, que también presentan importantes obras literarias…”. Se refería a la presentación de la segunda edición de su libro ‘Ecuador: de Banana Republic a la No República’, que se realizó a las 18:30, luego de un almuerzo de trabajo, en la Casa de Nariño.
Los ministros de Defensa colombiano, Rodrigo Rivera, y ecuatoriano, Javier Ponce, suscribieron el Plan Binacional de Seguridad Fronteriza. Incluye cooperación en Inteligencia e intercambio de información.
“¡Que alegría acercarnos al Ecuador a través de los libros y la cultura! Queremos mucho al Ecuador”. Fue la réplica de Santos al saludar la presencia de Correa, quien había sido recibido previamente por la canciller María Ángela Holguín.
Santos se comprometió a leer “con juicio” el libro de Correa. Matizó que “soy un convencido y un practicante de la Tercera Vía, que promueve una solución intermedia, pragmática entre el liberalismo económico y el intervencionismo estatal”. Enfatizó que la libertad es el espíritu de la feria. “La libertad de expresión; la libertad de escribir lo que se quiere y de leer también lo que se quiere, no porque nadie lo mande, sino porque es uno de los mayores placeres que ofrece la existencia”.