Al plantear la pregunta: ¿qué papel tiene una computadora en la elaboración de un diseño o de un trabajo gráfico? se abrió un debate entre tres de los participantes de la Bienal Nacional de Gráfica y Comunicación Visual.
Sentados en un aula de la Universidad Técnica Equinoccial, extensión Salinas, en la provincia de Santa Elena, avanzaban en la elaboración de sus diseños.
Juan Mayancela, de Cuenca; Lenín López, de Ambato (ambos de 23 años), y el cuencano Esteban Gallegos, 21 años, frente a sus portátiles, coincidieron en que las computadoras y los programas de diseño son solo herramientas.
Si bien se usan a diario no pueden sustituir a la generación de una idea, su conceptualización y luego, por lo menos, a mostrarlo en un boceto, dice Gallegos. Mientras que Mayancela precisa que cualquier idea relacionada con un diseño o un trabajo visual se materializará, primero, con un dibujo o trazo hecho a mano.
Los proyectos que presentaron para participar en la Bienal tienen coincidencias. Sus diseños muestran un fin social. El deLópez se llama ‘Pixelar’.
En una calle céntrica de cualquier ciudad, la figura de una vendedora ambulante se presenta distorsionada, para que pueda ser vista claramente.
Su mensaje se dirige a las autoridades municipales para que en sus acciones incorporen, y no oculten, a este tipo de actividad.
Igual que Gallegos con su ‘Espantahumanos’ destinado a crear conciencia para que las personas cuiden los espacios urbanos, como parques, plazas, calles…, bajo el principio de la función que tiene un espantapájaros en un cultivo.
O ‘Diarrea visual’, trabajo con el que Mayancela busca decir a los ciudadanos que hay más beneficios cuando se mantiene limpio un espacio urbano. Para ello, su diseño muestra un sitio lleno de basura y, en otra imagen, el mismo lugar limpio.
También está el sonrojado joven que regresa a ver mientras orina en la calle. Él es el “protagonista” del diseño concebido por María Angélica Chaparro, de Cuenca. Esta joven de 22 años está segura de que el problema radica en la falta de baterías sanitarias en espacios públicos.
Estos trabajos (son 12 en total en la categoría Puruhá), muestran una preocupación más social y un uso más urbano del diseño.
La propuesta de esta primera Bienal, dijeron los organizadores, es recuperar el uso social del diseño y también de los espacios públicos donde se los presenta.