Las cifras erizan la piel. Solo 2% de las 7 526 obras de la colección de arte colonial, republicano, moderno y contemporáneo de la Colección Nacional que están en Quito pertenece a mujeres. El otro 98% es de autoría masculina, anónimas o atribuidas.
Desde el pasado jueves 25 de noviembre, varias de estas mujeres exhiben su trabajo en la exposición ‘Las artistas en el MuNa. Formas de hacer y ser visibles’, un proyecto ideado y coordinado por la artista e investigadora Tania Lombeida. La muestra se exhibirá hasta febrero del 2022, en las salas temporales del Museo Nacional del Ecuador.
La exhibición es un mapa que muestra el trabajo realizado por artistas como Ana Fernández, Dayuma Guayasamín, Jenny Jaramillo, Rosy Revelo o Manuela Ribadeneira, a través de sus obras, pero también de sus archivos personales; bocetos, fotografías, objetos, maquetas y recortes de prensa.
Las temáticas que abordan son diversas. En ‘Cuerpos Fragmentados’, Verónica Silva, por ejemplo, hurga en el mundo de la migración explorando cómo el encuentro con otras culturas permite el intercambio de nuevos saberes entre las personas.
También está ‘Andando por el barrio’ de Dayuma Guayasamín que, desde una intervención con recortes de prensa referidos a un trabajo anterior, muestra cómo los medios de comunicación impresos crearon una imagen de ella enfocada en una comparación con la figura de su esposo y su padre, ambos artistas.
En esta muestra también se incluyó el trabajo de mujeres como María Salazar, Clara Hidalgo, Isabel Espinosa, Manai Kowii y Gabriela Remache del colectivo Warmi Muyu, cuyas obras no son parte de la Colección Nacional.
Al respecto, Lombeida explica que la exposición también busca acercar a los visitantes a la obra de artistas que han sido excluidas de los museos por su condición racial y económica o simplemente porque su trabajo no es considerado “arte”.
En 2017, Lombeida realizó el primer mapeo sobre la presencia de mujeres en fondos documentales y reservas de museos del país. En medio de ese trabajo no solo descubrió la escasa presencia de las artistas dentro de estas colecciones, sino también casos en los que había obras atribuidas de forma errónea a hombres.
Ese fue el caso de las cuatro placas de grabado realizadas por la artista Emilia Ribadeneira, que forman parte de la reserva de los museos de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE), cuya existencia había pasado inadvertida porque el nombre que constaba en el archivo técnico era el de Emilio Ribadeneira.
El segundo mapeo, del que resulta la muestra, comenzó con el trabajo realizado desde Laboratoria de Mujeres Accionando Museos. Es un espacio de activismo para repositorios culturales, en el que se reflexionó sobre la poca presencia de las mujeres en el Museo Nacional, sus acervos y exposición permanente.
Lombeida, que es parte del colectivo Archivas & Documentas, explica que esta exposición no solo es el resultado de un proyecto curatorial. Es el producto de un trabajo de gestión cultural, activismo, investigación y de talleres de producción y creación que se tejieron por medio de haceres colectivos, pedagogías feministas y el rescate de los saberes y las memorias de las artistas participantes.
Como parte de este proyecto, las artistas elaboraron una bandera que, después de esta exposición, las acompañará en su lucha por más visibilidad en otros museos. Escribieron la ‘Manifiesta del 2%’; un texto en el que reclaman su necesidad de revelarse y hallar otras maneras de habitar los museos.
“Queremos salir de las vitrinas y dejar de ser gabinetes de curiosidades. Nuestras vidas exceden los marcos, cajas y casillas. No hicimos nuestras obras para que quedaran guardadas en la reserva de un museo”, señala el manifiesto.