Clara Sánchez muestra su arte espontáneo

Durante la inauguración. La artista trabajó en los exteriores del Este Café, mientras que adentro se exponía su obra enmarcada.

Durante la inauguración. La artista trabajó en los exteriores del Este Café, mientras que adentro se exponía su obra enmarcada.

Un olor a aerosol se colaba por la puerta del Este Café de la Juan León Mera, en Quito. Era Carla Sánchez, quien pintaba sobre una tabla blanca puesta bajo techo, afuera de la cafetería. Era de noche y una ligera lluvia caía sobre los clientes y la gente que curioseaba.

Líneas curvas por aquí y allá, aparentemente sin orden ni sentido, fueron los primeros trazos de la artista. Poco a poco más líneas fueron apareciendo, hasta conseguir la cara de una mujer sobre la tabla blanca. Esto fue parte de la inauguración de su exposición de arte, ‘Disfrute visual, arte sin palabras’, realizada el sábado pasado.

Empezó a llover más fuerte. Sánchez guardó las latas, se limpió las manos e invitó a todos a mirar las obras enmarcadas. En las paredes del lugar están exhibidos alrededor de 30 cuadros. Grandes, medianos, pequeños, horizontales y verticales; trabajados en cartulina y en madera, lápiz, acuarela, aerosol, en blanco y negro y en color. Múltiples técnicas sobre diversas superficies.

Su colección, como ella mismo la definió, es “un desafío al arte contemporáneo que siempre necesita una justificación para entenderlo”. A las obras se las puede entender por sí mismas sin necesidad de una explicación, “es por eso que en lugar de nombre tienen número”, dijo Sánchez. Su enfoque fue crear y presentar algo que la persona pueda disfrutar mirando y asumir su significado.

En la mayoría de las obras hay mujeres y animales que, de distinta manera, comparten un espacio e interactúan. Aparentemente los personajes no tienen relación. “Es algo que salió en el momento del proceso artístico. Me gustan los animales”, dijo la artista.

En sus obras la joven artista muestra variedad en sus formas de expresión sin regirse a una técnica. Sin ataduras, acepta retos y desafíos y no contempla patrones racionales en sus obras. Juega con la estética desde distintas formas. Fluye con el momento y siempre depende del cómo se sienta y del estado en el que se encuentre: “las mujeres somos superemocionales, creo que de ahí sale la fuerza y el impulso para mis trabajos”.

Para el cierre de la muestra se prevé que la artista finalice el cuadro que empezó a pintar el día de la inauguración.

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