La nueva novela del escritor francés, de 62 años, se publicó en enero del 2019. Desde la próxima semana estará em Ecuador su versión en español. Foto: Captura de pantalla
Perturbadora. Así se podría definir la literatura de Michel Houellebecq, el autor francés más destacado de las últimas décadas. ‘Serotonina’, la novela que lanzó en enero y que esta semana llega a las librerías locales, es una nueva prueba de que al autor jamás le ha interesado agradar a los lectores.
Lo que al ‘chico malo’ de las letras francesas le gusta, y lo hace con maestría en libros como ‘El mapa y el territorio’, es incomodar a los lectores. Para lograr ese objetivo, tiende a crear personajes que en esencia son machistas, racistas y misóginos. Una descripción que le calza perfecto al ingeniero agrónomo, dependiente de un antidepresivo que protagoniza ‘Serotonina’.
La descripción también le calza al ingeniero informático de 30 años que aparece como el narrador de su primera novela, ‘Ampliación del campo de batalla’. Este ingeniero es un hombre hastiado de su trabajo, que trata de vender a sus posibles clientes novedades tecnológicas, mientras lanza dardos contra sus exparejas sexuales. A través de estos personajes, él arma una radiografía de la sociedad contemporánea para luego diseccionarla. En este caso, su lente se enfoca en los perdedores en el ámbito sexual y económico.
Este ejercicio de radiografiar la sociedad tiene su mejor versión en ‘El mapa y el territorio’, el libro que publicó en el 2010 y que obtuvo el Premio Goncourt. El protagonista de esta obra es Jed Martín, un fotógrafo aburguesado que se hace famoso por una serie de retratos de personalidades de todo tipo, entre ellas una del escritor Michel Houellebecq.
La novela explora, con sarcasmo y humor negro, la relación del hombre con el trabajo a través de las obras de Martín. Ahí están piezas como ‘Bill Gates y Steve Jobs conversando sobre el futuro de la informática’ o ‘Damien Hirts y Jeff Koons repartiéndose el mercado del arte’. Por medio de este personaje, también se exponen reflexiones sobre el tedio de la vida cotidiana y la soledad. Al final, la novela se convierte en un thriller policial que muestra una de las facetas menos exploradas del escritor francés.
Sobre todos estos motivos vuelve en ‘Serotonina’, un libro que podría entenderse a través de la frase que lanza Florent-Claude Labrouste sobre el antidepresivo que toma: “una sustancia que no proporciona ninguna forma de felicidad, ni siquiera de verdadero alivio, su acción es de otro orden: transformando la vida en una sucesión de formalidades, permite dar gato por liebre”.
El autor de la frase es un hombre que deja su trabajo para ir a vivir de incógnito en un hotel de París. Él se convierte en el faro que ilumina la desesperanza que se vive en la Francia de los chalecos amarillos, el movimiento social que desde las periferias ha sacudido al país. Lo nuevo, en medio de este perturbador paisaje literario, es la presencia del amor.