En una casona patrimonial, que está junto al río Tomebamba de la capital azuaya, funciona el Centro Interamericano de Artesanías y Artes Populares (Cidap). Esta alberga cientos de piezas de artesanía fina, libros, revistas, documentos, fotografías y discos.
En total son 7 000 artesanías de América y 6 000 libros especializados en las artesanías de varios países. Su director, Juan Pablo Serrano, busca que está riqueza cultural forme parte del Centro de Documentación Iberoamericano que está en proceso de creación y será adscrito al Cidap.
Por ello, el 29 de febrero el Cidap y la Universidad de Cuenca firmaron un convenio de cooperación para trabajar en capacitación, docencia, investigación, transferencia de tecnología y servicios. Según Serrano, la idea es digitalizar la información existente y convertirse en un centro de servicios para el mundo.
“Los libros, archivos y artesanías que existen en el Cidap son únicos”, señala Serrano. Tener la información digitalizada permitirá que artistas de otros países y otras urbes ecuatorianas conozcan y utilicen la información sobre el trabajo de los artesanos.
En la actualidad se realiza el traspaso de información al sistema digital. Aún no se determina el presupuesto necesario, pero que su intención es gestionar recursos provenientes de diferentes organismos locales y nacionales.
Hasta tanto, realizan un cronograma de actividades. En la segunda planta de esta casona se exhiben adornos y cuadros trabajados por artesanos. En uno de los salones está la biblioteca a cargo de Norma Contreras. Allí, se conserva una reserva de 6 000 libros.
Uno de los más pedidos es Grandes Maestros del Arte Popular de México. Es de formato grande, pasta gruesa y abarca temas de tradiciones y artesanías. Otras obras demandadas por los artesanos y estudiantes son Técnicas de joyería y Paños de Gualaceo.
Contreras sabe de memoria los libros existentes y de qué países fueron donados o adquiridos. Entre otros están Arte Popular Americano y Narración Oral Histórica, ambos de Estados Unidos…
El catedrático y literato Oswaldo Encalada ha realizado investigaciones para el Cidap como Diccionario de Artesanías, Fiesta Popular en el Ecuador, Lengua y Folclor. Según él es oportuno contar con un centro de documentación para el continente, esto ayudará a desarrollar el área cultural de Iberoamérica.
Además, dice que para los investigadores, literatos, artesanos, estudiantes es un medio de consulta actual y al estar subido a Internet estará disponible en cualquier momento.
Otro espacio de esta casona es el Centro de Documentación. Su encargada, Beatriz Vicuña tiene más de un centenar de carpetas, revistas, colecciones, fotografías, casetes, videos relacionados con las artesanías de América.
Esa riqueza ha sido almacenada desde hace 37 años. Según Vicuña, varios archivos cuentan la riqueza patrimonial de Cuenca y sirvieron para el Instituto Nacional de Patrimonio utilice como una guía para el decreto de emergencia en el 2008.
Ella conserva colecciones como Antropos, cartografía y documentos sobre la riqueza artesanal de América Latina. “Varios profesores, investigadores y artesanos de otros países solicitan el material a través de Internet”, señala.
Entre los materiales únicos que existen en este espacio está el Tesauro, es un libro sobre la normativa del lenguaje de las artesanías y arte popular. Vicuña explica que su información facilita el análisis y recuperación de la información sobre la temática artesanal iberoamericana.
En la primera planta del Cidap se conserva una colección de unas 7 000 artesanías de América. Una parte se exhibe en un museo donde hay esculturas, máscaras, cerámicas, paños, joyas. Otra parte está guardada en bodegas. Eduardo Tepán es su encargado y dice que cada uno de los objetos que reposan está codificado. “Tener la información digital ayudará para agilitar el proceso de mantenimiento y que el mundo conozca lo que hay”.
El Cidap tiene otro espacio dedicado a las artesanías. Es un almacén donde se exhibe y venden los trabajos. En la actualidad, existen objetos de aluminio repujado de la artesana venezolana Silvia Di Rosa. En el 2005, ella realizó la primera exposición en esta entidad y dice que la ayuda fue significativa porque su producto ha sido apreciado por artesanos y clientes de distintos países.
Para Di Rosa, el Centro de Documentación ayudará para que sus artesanías se conozcan en todo el mundo. Con este criterio coincide el joyero cuencano Wilfredo Pazmiño, quien ha recibido varios cursos del Cidap y también ha expuesto en ese lugar.
Este joyero, de 60 años, considera que los trabajos que están guardados y no se promocionan no sirven o no tienen valor. Por ello, cree que es de vital importancia que exista el Centro de Documentación Iberoamericano, “que aportará para que el trabajo artesanal se revalorice”.