Tachado de anarquista, fascista, comunista, antisemita, misántropo. Genio de las palabras y loco de las ideas. Sin lugar a dudas, Louis-Ferdinand Céline es uno de los escritores franceses fundamentales y también uno de los más polémicos. Y es que medio siglo de partida (París, 1 de julio de 1961) no basta para que Francia rinda homenaje al escritor que en medio de su misoginia firmaba con el seudónimo de Céline (nombre de su abuela y uno de los nombres de su madre).
Nacido en Courbevoie (Sena) el 27 de mayo de 1894, Louis Ferdinand Auguste Destouches, quien en el parnaso literario del siglo XX se llamó a sí mismo Céline, fue un médico y escritor que pese a su innovador estilo de escritura, recibió la crítica más mordaz de su tiempo.
‘Viaje al fin de la noche’ es la obra que lo define, en ella se declara un amante del caos, la libertad y la evanescencia de la vida. En ‘Viaje…’ las grandes aventuras del hombre del siglo XX (guerras, el sueño norteamericano, etc.) decantan en una sola realidad: las miserias son iguales en todo lugar.
Con ese libro, Céline pone en escena varios episodios de su vida (la Primera Guerra Mundial, sus viajes a África, sus amoríos en Estados Unidos y su regreso a un enfermo París). Su forma violenta y cargada de jergas al momento de abordar los temas fue el sello de su nuevo estilo.