La casa ‘okupa’ Tacheles de Berlín fue clausurada

Berlín se quedó ayer sin uno de los principales símbolos del carácter alternativo y bohemio de la ciudad. Después de años de disputas judiciales, el centro de arte alternativo ‘okupa’ Tacheles fue desalojado de forma pacífica. Los cerca de 40 artistas que aún vivían en el centro, situado en el barrio de Mitte, entregaron las llaves a los agentes encargados del desalojo sin ofrecer resistencia.

Esta imponente nave en ruinas, vestigio de una amplia galería comercial de hormigón construida en 1909, estaba ocupada desde el 13 de febrero de 1990 por pintores, escultores y cineastas.

Los últimos minutos del legendario Tacheles tuvieron aires coreográficos: los artistas desalojados quedaron sentados en silencio entre sus pertenencias repartidas en la acera. Uno acompañó la escena tocando blues con un saxofón. Fue el desenlace para una larga disputa sobre el uso del centro y un nuevo paso en el progresivo aburguesamiento de la capital alemana.

Tras la caída del Muro en 1989, las ruinas del edificio de acero y cemento situadas en el antiguo Berlín oriental fueron ocupadas por artistas que impidieron su demolición y las convirtieron en símbolo del ímpetu creativo y desenfadado del Berlín reunificado.

La mole de 25 000 metros cuadrados y 100 años de antigüedad se convirtió en un complejo de talleres, teatros y bares, que pronto atrajo a unos 400 000 turistas cada año.

“Esto es robo de arte bajo protección policial”, acusó el artista Martin Reiter mientras policías vestidos con chalecos antibalas ingresaban en el lugar.

Los agentes fueron habitación por habitación retirando pinturas y sellando puertas. En una de las paredes tapadas por años de grafiti podía leerse: “Puedo pintar en cualquier parte. Hasta pronto”.

Según la portavoz Linda Cerna, algunos artistas prevén crear un ‘Tacheles en el exilio’ en el barrio de Neukölln, otro de los núcleos del movimiento contracultural berlinés.

Una minoría analiza acciones judiciales contra el desalojo. El ministro de Cultura de Berlín, André Schmitz, abrió una ventana de esperanza al asegurar que los registros de propiedad del edificio establecen que el nuevo proyecto debe tener fines culturales.

En cuanto haya un nuevo propietario los administradores se encargarán de hacer cumplir ese punto, aseguró. Hasta entonces, el Tacheles esperará con las puertas cerradas en el corazón del antiguo Berlín oriental.

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