William Burroughs comenzó a escribir por aburrimiento. “No tenía nada más que hacer”, dijo una vez en entrevista con Paris Review el escritor, que hoy habría cumplido 100 años. Con el tiempo produciría novelas como ‘Naked Lunch’ o ‘Junkie’, que se convertirían en verdaderos éxitos internacionales y catapultarían a Burroughs como ícono de la cultura pop.
Junto a sus colegas y amigos Jack Kerouac y Allen Ginsberg constituyó el núcleo duro de la generación ‘beat’, aunque fue un poco opacado por Kerouac.
Burroughs nació en 1914 en St. Louis, en el estado norteamericano de Missouri. Al finalizar el colegio, fue a la universidad de Harvard y estudió inglés. Luego viajó por Europa, estudió brevemente Antropología en Viena y finalmente se mudó a Nueva York.
En la metrópoli conoció a Kerouac y Ginsberg y comenzó su adicción a las drogas, problema que se vería reflejado después en ‘Junkie’. En Nueva York también conoció a Joan Vollmer, con quien luego se mudaría a Texas, donde tuvieron un hijo. Como ambos continuaban consumiendo drogas y tenían reiterados problemas con la ley estadounidense, se trasladaron a Ciudad de México.
Allí ocurrió la tragedia. En 1951, aparentemente en un intento ebrio por disparar a una manzana que se encontraba sobre la cabeza de Vollmer, Burroughs mató a su pareja. Los abogados lograron que Burroughs solo cumpliese dos semanas de prisión y pudiera abandonar México en 1952.
Después siguió viajando: Sudamérica, Londres y París. En el hotel Beat, en la capital francesa, comenzó a trabajar en su novela ‘Naked Lunch’. La novela habla mucho de drogas, violencia y sexo, lo que provocó un escándalo.
Tras una breve estadía en Tánger, el autor voló a Londres para regresar a Nueva York. En esta última ciudad retomó el contacto con sus viejos amigos y conoció a otros como Andy Warhol, la cantante Patti Smith o Susan Sontag.
Pero no pudo dejar atrás su adicción a las drogas y finalmente se mudó a su región de origen, en el centro-oeste de Estados Unidos. Pasó sus últimos años en una pequeña ciudad del estado de Kansas, Lawrence. Según dijo algunos años antes de morir en 1997, las grandes metrópolis y los trajines ya no eran para él.