Es imposible no mirarla desde la Panamericana Norte. La gigantesca escultura de un mamut de más de 4 metros de alto, al ingreso del cantón Bolívar en el Carchi, es el indicio de que allí ocurre algo.
En ese poblado frío de la Serranía, habitado por 14 315 personas que en su mayoría se dedican a la agricultura, se desató una pasión por la ciencia que estudia los fósiles de seres orgánicos desaparecidos (paleontología).Esa pasión empezó en 1987. Tres paleontólogos italianos y uno ecuatoriano encontraron el cráneo de un mastodonte (mamífero con grandes colmillos parecido al elefante). Este animal vivió en la era Cuaternaria hace 2,5 millones de años.
El hallazgo ocasionó mucha agitación. En los años siguientes se desenterraron más fósiles.
El cantón Bolívar es en la actualidad parte de un circuito cultural y turístico que produjo la adecuación de un museo, la construcción de un parque de mega fauna y, desde marzo pasado, la manufactura artesanal de pequeñas piezas que representan a varios animales prehistóricos.
El Museo de Paleontología funciona desde el 2008 en los bajos del Municipio de Bolívar. No es una infraestructura grandiosa.
En cuatro cuartos, sobre mesas y dentro de urnas de vidrio, se exhiben los fósiles de mastodontes, milodontes (osos gigantes), caballos prehistóricos y restos arqueológicos de los pueblos Pastos.
Marcelo Paspuel, responsable del museo, siempre espera que algún turista le formule esta pregunta: ¿por qué se colocó una escultura de Mamut si lo que se encontró en Bolívar son fósiles de un mastodonte?
La respuesta, según él, es sencilla: se trata de una estrategia de marketing. En el último lustro, dice Paspuel, se puso de moda la película ‘La era del hielo’ y uno de sus protagonistas es el rollizo mamut llamado Manfred. “Utilizamos su imagen para atraer a los visitantes a nuestro cantón”.
La estrategia hasta ahora ha dado resultados. Cerca de 400 personas al mes, la mayoría quiteñas y colombianas, visitan el museo.
El acceso es gratuito de lunes a sábado de 08:00 a 17:00 y los domingos de 10:00 a 17:00.
El recorrido empieza con una mirada al colmillo de 1,5 metros de un mastodonte. “El largo total era de tres metros. Pero no se pudo desenterrarlo por completo”, señaló Paspuel.
También hay fósiles de dos milodontes, macho y hembra, que permiten imaginar el tamaño de estos animales. Erguidos medían hasta seis metros de altura.
Las zonas de los hallazgos fósiles, a la que se denomina localmente como el Valle de los Mastodontes, se circunscribe a unos 50 km en Pistud, Cayalés, Cúnquer, Quebrada de Cuesaca…
Los sencillos habitantes de Bolívar también sacan provecho de los fósiles. Elvia Pozo, por ejemplo, es parte de un grupo de 17 hombres y mujeres que hacen con cáscaras de nogal, pinturas frías y mucha habilidad, réplicas de animales prehistóricos.