Un nuevo sistema eléctrico, implementación de un novedoso sistema de informatización de lo existente en sus libreros, renovación de sus pisos y paredes; todo está listo para que mañana, a las 11:00, se haga la presentación oficial de las readecuaciones de los diversos espacios de la Biblioteca Nacional Eugenio Espejo, ubicada en el Palacio de los Espejos de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE), en Quito.
Sin embargo, falta camino para la renovación completa. Por ahora, desde la semana pasada, en promedio, unas 80 personas al día ingresan a las instalaciones remozadas de una de las bibliotecas más antiguas del país. Esta guarda aproximadamente 100 000 ejemplares y tiene uno de los fondos más antiguos del Ecuador: el Fondo Colonial, con alrededor de 8 800 volúmenes cuyas ediciones datan desde el año 1460, según informa Carlos Paladines, director de la Biblioteca Nacional.
Sobre la intervención en la Biblioteca, Paladines señala tres aspectos básicos sobre los cuales se ha trabajado: infraestructura física; renovación del auditorio Jorge Carrera Andrade; y los “cimientos” para el equipamiento de la Biblioteca Virtual Eugenio Espejo.
Sobre el primer aspecto, en el lugar se ha cambiado por completo el piso y han sido pintadas las paredes y mesas del lugar. También se han habilitado nuevos espacios en los que en los próximos meses serán ubicadas computadoras de uso público, según el director. “Hubo que reparar desde goteras que habían afectado a ciertas colecciones del lugar”, comenta Paladines.
Junto a ello, un nuevo cableado eléctrico se ha instalado en la Biblioteca cubriendo, parcialmente, uno de los grandes temores de quienes trabajan allí: un posible cortocircuito y, como consecuencia, un incendio. Y es que la implementación de un idóneo sistema contra incendios es uno de los elementos de los que carece el lugar; además de la falta de un circuito cerrado de televisión contra robos. “No tenemos los recursos para lo que sería el montaje de estos sistemas. Si bien los técnicos han preparado algunos documentos al respecto, estamos buscando recursos”, expresa Paladines, quien no pudo conocer aún cuánto costarían estas instalaciones y apunta que tan solo conocen que la protección del Fondo Colonial asciende a USD 200 000, dinero que no poseen.
Por el momento, este fondo, con cientos de incunables (libros impresos hasta inicios del s. XVI), se encuentra bajo llave en una bóveda, cuya temperatura es controlada empíricamente (no existe termómetro alguno). A la par, tras una limpieza reciente realizada por técnicos del Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP), más de 100 libros de este fondo entraron en cuarentena y no podrán ver la luz hasta conseguir los fondos para limpiarlos. Gasto que, a razón de Paladines, todavía no se sabe a cuánto asciende, porque “no sabemos cuáles son los mecanismos para restaurar libros de hace más de 200 años”.
En segundo lugar, se ha rehabilitado el auditorio Jorge Carrera Andrade, cerrado por varios años y destruido en más de un 60 por ciento por falta de uso. En el lugar, hoy, a las 18:00, Álvaro Alemán e Iván Carvajal conversarán sobre Jorge Carrera Andrade.
El tercer aspecto: la creación de la biblioteca virtual. Para ello, en este momento se está finalizando la digitalización de más de 1 000 volúmenes del siglo XIX, que recogen la producción de figuras importantes del patrimonio escrito ecuatoriano. Según Paladines, se espera que hasta finales del primer semestre del 2012 se pueda acceder a esta información en el portal web que tendrá la biblioteca. Los textos se van a subir completos y se permitirá copiar sus líneas.
Solo en adecuaciones de infraestructura física se ha invertido alrededor de USD 150 000. Más de USD 100 000 fueron aportes del IMP, el resto apoyo de la CCE.
La Biblioteca Nacional
Contiene varios ejemplares que formaban parte de la biblioteca que dirigía Eugenio Espejo.
Entre los planes para el 2012, el director de la Biblioteca Nacional señala que se llevarán a cabo los primeros estudios para el nuevo edificio de la Biblioteca.
“Este no es un local de biblioteca, es un local para exposiciones, para museo, adecuado para biblioteca en el año 83”, dice.