Se trataba de una obra de danza, pero los bailarines fueron aplaudidos como si fuesen estrellas de rock. Los gritos eran más fuertes cuando hacían la venia personajes como Don Quijote, Basilio o Camacho.
Luego de escuchar el agradecimiento del maestro Rubén Guarderas, director del Ballet Ecuatoriano de Cámara (BEC), la gente abandonó el coliseo Julio César Hidalgo. Un grupo de jóvenes espectadoras vio salir entre el resto de bailarines a José Iglesias (Basilio). Enseguida interrumpieron su paso y se acercaron al él para pedirle que se tomara una fotografía con ellas.El alto y musculoso artista abrazó a una de las muchachas y cruzó la calle para posar frente a la cámara. Luego corrió al bus que esperaba al elenco del BEC, que está celebrando 30 años desde su creación con funciones en varias ciudades del país.
La función de las 11:00 del domingo fue parte de la fiesta. Los graderíos del coliseo estaban llenos. Desde bebés hasta abuelitos disfrutaban de ‘Don Quijote’, la obra que también se presentó la noche del viernes en Solanda.
Un grupo de niñas jugaba en una parte de la cancha del coliseo. Pero al ver salir a Camacho con su traje tornasol, peluca blanca y singular modo de andar, dejaban de jugar para reír. Luego, las niñas se quedaron muy quietas y con gran atención miraban la pelea de Don Quijote con un molino de viento .
La pequeña Emilia movía su cabello castaño de lado a lado mientras intentaba imitar los movimientos de los bailarines. Tenía un pequeño poni en su mano y lo hacía bailar también. Saltaba e intentaba dar giros en el aire. Así logró que otras pequeñas se sumaran a su coreografía.
Camila era una de ellas. La niña llegó a la función gratuita junto a su hermana Kimberly y a su madre Mabel Villarroel. Ellas son socias del Club de Amigos del BEC y son asiduas espectadoras de sus montajes escénicos.
La madre motivaba a Kimberly, de 17 años, que se estaba formando en Metrodanza (escuela del BEC). Por una lesión en su rodilla no ha podido retomar las clases, pero le hace feliz ver a sus profesores en escena y sueña con un día ser parte de este elenco.
La pequeña también quiere ser bailarina como su hermana y mientras veía ‘El Quijote’ le pedía a su madre que le explique algunos acontecimientos de la historia que no entendía.
Al final, el maestro Guarderas se sintió satisfecho con la alegría de la gente. Para él es importante saber cómo las familias se unen y viven su tiempo libre disfrutando de la danza.